La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) presentó el hallazgo de una nueva especie de lagartija caimán, denominada Gerrhonotus occidentalis, que habita exclusivamente en la región occidental del país y se suma a la rica biodiversidad nacional.
Tras más de una década de investigación, especialistas destacaron que este descubrimiento no solo aporta conocimiento científico, sino que refuerza la urgencia de proteger los ecosistemas donde vive este singular reptil.
Un equipo encabezado por el herpetólogo Uri Omar García Vázquez, de la FES Zaragoza, en colaboración con Adrián Nieto-Montes de Oca, de la Facultad de Ciencias, y el investigador John J. Wiens, de la Universidad de Arizona, logró identificar formalmente a Gerrhonotus occidentalis como una especie distinta. Durante años fue considerada parte de la lagartija caimán sureña Gerrhonotus liocephalus, debido a su gran parecido externo.
Según el comunicado, uno de los principales retos fue la escasez de ejemplares vivos en buen estado, pues muchos animales hallados estaban muertos, atropellados o incluso sin cabeza, lo que complicó el diagnóstico taxonómico. El trabajo de campo se concentró en la Reserva de la Biósfera Chamela-Cuixmala, donde la UNAM mantiene una estación que permitió recolectar individuos y obtener material genético de calidad.
Características de la nueva lagartija
La nueva lagartija caimán es de tamaño relativamente grande y robusto, con un cuerpo que mide entre 15 y 20 centímetros y una cola que puede alcanzar hasta 30, por lo que la longitud total se aproxima al medio metro. Presenta una notable variabilidad en su patrón de coloración y diferencias sutiles entre machos y hembras, lo que en un inicio dificultó su adecuada clasificación.
Aunque guarda un fuerte parecido con otras especies del género, la UNAM explicó que existen pequeñas diferencias en la estructura de las escamas y en los patrones de color que, junto con los análisis genéticos, permitieron confirmar que se trata de una especie independiente. Las autoridades universitarias subrayaron, además, que este reptil no es venenoso y que suele ser víctima de prejuicios infundados por su apariencia.
Distribución y hábitat
Gerrhonotus occidentalis se considera una especie endémica de México, ya que su presencia se restringe al occidente del territorio nacional. Su distribución se registra en los estados de Sinaloa, Nayarit, Jalisco, Colima, Michoacán y Guerrero, donde ocupa nichos específicos.
A diferencia de otras lagartijas caimán que suelen habitar bosques templados de pino o encino, esta nueva especie se desarrolla principalmente en bosques tropicales caducifolios, caracterizados por un clima cálido y una marcada estación seca. De acuerdo con la UNAM, estas condiciones ambientales han permitido que el reptil se adapte con éxito a un ecosistema particularmente vulnerable a la deforestación y al cambio de uso de suelo.
El estudio integró análisis genéticos y genómicos que demostraron que Gerrhonotus occidentalis no guarda una relación directa con G. liocephalus, corrigiendo así una clasificación previa basada solo en rasgos externos. El uso de nuevas tecnologías genéticas permitió examinar múltiples fragmentos de ADN y definir con mayor precisión los límites entre especies emparentadas.
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La UNAM señaló que este hallazgo representa un hito en la investigación de la biodiversidad mexicana y evidencia cómo las técnicas modernas han permitido descubrir organismos antes desconocidos, además de revisar antiguas clasificaciones. La institución recalcó que cada especie descrita es una pieza clave del mosaico natural del país y que su conocimiento es el primer paso para garantizar su preservación.
Tras el anuncio, la Máxima Casa de Estudios hizo un llamado a fortalecer la educación ambiental y a erradicar los mitos que rodean a reptiles y otros animales silvestres. Uri Omar García pidió a la población dejar de perseguir y matar a estas lagartijas por miedo o desinformación, especialmente cuando son confundidas con serpientes por sus colores llamativos.
La UNAM insistió en que, además del trabajo científico, resulta esencial difundir información clara sobre la función ecológica de estos organismos y promover una cultura de respeto hacia la fauna nativa. Para la institución, el caso de Gerrhonotus occidentalis ilustra el valor del esfuerzo paciente, la colaboración internacional y el apoyo a la investigación como pilares para conservar la riqueza biológica de México.
