Desde la noche del domingo 5 de mayo, usuarios de redes sociales comenzaron a difundir imágenes y videos de cómo el fuego estaba consumiendo grandes extensiones de áreas verdes en el cerro de Cualtenco y Velo de Novia, ubicados en Valle de Bravo.
Desde entonces autoridades de los tres niveles de poder se coordinaron para evitar que el fuego se propague y consumiera más hectáreas. Al ser un destino turístico que se caracteriza por su grandes extensiones de áreas verdes y sus zonas montañosas.
Miembros de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), la Protectora de Bosques del Estado de México (PROBOSQUE), la Policía Municipal, Bomberos de Colorines, Protección Civil municipal, y la Brigada de Colonos de la Montaña acudieron a la zona para mitigar el fuego.
La propagación de las llamas obligó a las autoridades a cerrar la entrada de la zona turística Velo de Novia a fin de restringir el acceso a los turistas.
Y según la Comisión Nacional Forestal (Conafor) estos fuegos han calcinado unas 63 mil hectáreas, y 19 de ellos se registran en áreas naturales protegidas.
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Sofocaron los incendios en Valle de Bravo
La intervención en Valle de Bravo contó con la participación de más de 200 brigadistas, además del apoyo aéreo del Grupo de Rescate Aéreo “Relámpagos”, que efectuó 46 descargas de agua, sumando un total de 27 mil 600 litros para mitigar las llamas.
Los esfuerzos se concentraron en tres principales focos: El Cerrillo, Velo de Novia y Cualtenco, logrando un progreso significativo en su control, con porcentajes de liquidación del 85, 80 y 70 por ciento, respectivamente.
El trabajo conjunto entre fuerzas federales, estatales y brigadas comunitarias ha permitido importantes avances en la extinción de incendios, protegiendo así la flora y fauna local, así como a los habitantes de la región.
Adicionalmente, se informó sobre la conclusión de las labores para sofocar tres incidencias previas en los municipios de Santo Tomás y Otzoloapan.
Dichos esfuerzos han quedado en manos de brigadas locales, quienes actualmente monitorean y supervisan las áreas afectadas para prevenir reinicios o la propagación de las llamas a sectores colindantes.