Un grupo de monos capuchinos en el Parque Nacional Coiba, en Panamá, ha dejado perplejos a científicos, pues fueron captados cargando crías de monos aulladores, especie con la que no están emparentados. El comportamiento, documentado durante 15 meses, ha sido calificado como un “robo” o un “secuestro”.
Entre 2022 y 2023, las cámaras trampa instaladas para estudiar el uso de herramientas en capuchinos registraron al menos 11 casos en los que jóvenes machos de esta especie llevaban a cuestas crías de monos aulladores. En la mayoría de los casos, las crías terminaron muriendo por malnutrición.
De acuerdo con los investigadores, no hubo señales de agresión ni consumo de los infantes, por lo que se descartó un acto depredador. Las crías, de apenas unas semanas, aún dependían de sus madres y no estaban listas para ser separadas de ellas.
El primer caso habría iniciado con un macho subadulto que comenzó a cargar una cría de manera aparentemente afectuosa. Posteriormente, otros cuatro machos imitaron esta conducta, en lo que se interpreta como una forma de transmisión cultural dentro del grupo.
Este comportamiento nunca antes había sido registrado en primates y sorprendió incluso a expertos como Zoë Goldsborough y Margaret Crofoot, del Instituto Max Planck y el Smithsonian, quienes lideran la investigación. “No hemos visto nada como esto en el reino animal”, declaró Goldsborough.
Aunque no se captó el momento exacto de las abducciones, se cree que ocurrieron en lo alto de los árboles, hábitat natural de los monos aulladores. Los capuchinos, más terrestres, fueron grabados caminando y usando herramientas mientras llevaban las crías en sus espaldas.
Algunos machos incluso continuaron cargando a las crías después de que estas murieron, algo que ha sido observado en otras especies con sus propias crías, pero no con individuos de otra especie. Esto desconcierta aún más a los investigadores.
Hasta ahora, este comportamiento solo se ha detectado en un grupo específico de capuchinos, conocido también por su capacidad para usar herramientas de piedra. Se sospecha que el fenómeno podría estar relacionado con su alta inteligencia, capacidad de aprendizaje social y, tal vez, el aburrimiento.
El estudio, publicado en la revista Current Biology, abre nuevas preguntas sobre la complejidad emocional y social de los primates. Los científicos aún no logran explicar del todo las motivaciones detrás de este inusual comportamiento.
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Los hallazgos resaltan la variabilidad del comportamiento incluso dentro de una misma especie, y podrían cambiar lo que se sabe sobre las relaciones intergrupales entre primates. Mientras tanto, el misterio de los capuchinos “secuestradores” sigue sin resolverse del todo.
Con información de El Imparcial e Independent en Español.