El Gobierno de China ha sacudido ha Europa al imponer aranceles definitivos del 19.8% a las importaciones de carne de cerdo. Esta medida, que tendrá una vigencia de cinco años, representa una respuesta directa a las disputas comerciales previas. Además, pone en jaque a miles de productores del Viejo Continente.
El Ministerio de Comercio de China confirmó la resolución tras concluir una investigación de varios meses. La potencia asiática argumenta que la industria europea incurre en prácticas de competencia desleal. Así, justifican la implementación de estos gravámenes para proteger su mercado interno.
Aranceles a las importaciones de carne de cerdo europea
A pesar de la dureza de la medida, el anuncio incluye una excepción crucial que alivia a una parte del sector español. China ha decidido excluir la carne de cerdo, que incluye el jamón ibérico de esta lista de nuevos aranceles.
Esta decisión permite que uno de los productos estrella de la gastronomía española mantenga su competitividad en el gigante asiático. No enfrentará el recargo de aranceles de casi 20%.
Los negociadores y las autoridades del sector interpretan esta exclusión como un gesto estratégico de Pekín. Al dejar fuera al jamón de alta gama, China asegura el flujo de un producto de lujo muy demandado por su clase alta. Mientras tanto, golpea a los cortes de carne de cerdo estándar, que representan el mayor volumen de exportación europea.
España, como principal exportador de cerdo a China, recibe la noticia con una mezcla de preocupación por la industria general y alivio por sus productos de denominación de origen.
¿Qué dice la Comisión Europea?
La comunidad internacional ve en estos aranceles una represalia clara. Los analistas vinculan directamente esta acción con las tasas que la Unión Europea impuso previamente a los vehículos eléctricos de fabricación china.
De esta manera, Pekín utiliza el sector agrícola europeo como moneda de cambio en una guerra comercial que continúa escalando.
La Comisión Europea analiza actualmente la legalidad de la medida y estudia posibles acciones ante la Organización Mundial del Comercio (OMC). Mientras tanto, los productores europeos deben buscar nuevos mercados o asumir la pérdida de márgenes de beneficio en China.
La implementación de estos aranceles obligará a una reestructuración de las rutas comerciales de exportación de países como España, Alemania y Dinamarca.
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El sector porcino europeo enfrenta ahora el reto de diversificar sus ventas ante un mercado chino que se vuelve más costoso y restrictivo.
Con información de: El Conciso.es y El Periódico.es
