El volcán Monte Spurr, ubicado en Alaska, ha mostrado señales de creciente actividad en las últimas semanas, lo que ha llevado a los científicos a advertir sobre una posible erupción en las próximas semanas.
De acuerdo con el Observatorio Volcánico de Alaska, se ha registrado un aumento significativo en la emisión de gases volcánicos, un indicador clave de disturbios internos que podría desatar una erupción.
Aunque no se puede afirmar con certeza que el Monte Spurr entrará en erupción, los datos recopilados por los especialistas sugieren un riesgo elevado. Además de las emisiones de gases, se espera que en los próximos días o semanas haya un incremento en la actividad sísmica y en la temperatura de la superficie.
“Esperamos ver más aumentos en la actividad sísmica, las emisiones de gases y el calentamiento de la superficie antes de una erupción, si ocurriera”, dijo el observatorio en un comunicado. “Un malestar tan fuerte puede proporcionar días o semanas de advertencia adicional”, agregó.
¿Dónde está el Monte Spurr?
Este volcán, con una altura de tres mil 374 metros sobre el nivel del mar, se encuentra a unos 129 kilómetros al noroeste de Anchorage, la ciudad más grande de Alaska. Está cubierto de nieve y hielo, lo que podría generar una mayor interacción entre el magma y el agua en caso de erupción.
El Monte Spurr es uno de los volcanes más activos de Alaska en términos históricos, con al menos dos respiraderos principales que han estado en actividad en los últimos siglos.
Historial de erupciones
El respiradero de la cumbre del Monte Spurr no ha tenido actividad eruptiva en más de cinco mil años. Sin embargo, el respiradero conocido como Pico del Cráter ha registrado erupciones más recientes, con una en 1953 y tres eventos eruptivos en 1992.
Desde entonces, ha habido periodos de actividad sísmica aumentada, especialmente entre 2004 y 2006, pero sin que se produjera una nueva erupción. En octubre del año pasado, las autoridades elevaron la alerta del volcán de nivel verde a amarillo tras detectar movimientos sísmicos más intensos y deformaciones en el suelo.
En caso de que el Monte Spurr entre en erupción, los científicos creen que los eventos podrían ser similares a los ocurridos en 1953 y 1992, cuando las erupciones generaron columnas de ceniza de más de 15 kilómetros de altura.
En 1992, la ceniza alcanzó Anchorage y otras ciudades cercanas, obligando a la población a permanecer en sus casas o a usar mascarillas al aire libre. También se reportó afectación en el tráfico aéreo, con cierres de aeropuertos y suspensión de vuelos debido al riesgo que representa la ceniza volcánica para los motores de los aviones.
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Dado que la mayoría de las comunidades en Alaska dependen del transporte aéreo para la movilidad y el abastecimiento, una nueva erupción podría causar importantes interrupciones en la región. Además, el Aeropuerto Internacional Ted Stevens de Anchorage, uno de los principales centros de carga en el mundo, también podría verse afectado.
Por ahora, los científicos continúan monitoreando el volcán y recomiendan estar atentos a nuevas actualizaciones sobre su actividad.
Con información de Milenio.