Una ingeniera de origen alemán marcó un precedente histórico este sábado al convertirse en la primera persona en silla de ruedas en realizar un viaje al espacio. El logro se concretó a bordo de un vuelo suborbital de Blue Origin, la empresa aeroespacial fundada por Jeff Bezos, en una misión que destacó por su enfoque en la inclusión y la accesibilidad.
El despegue se llevó a cabo desde el oeste de Texas, en Estados Unidos, a bordo de la cápsula New Shepard. El vuelo tuvo una duración aproximada de 10 minutos, tiempo suficiente para que la tripulante experimentara la ingravidez y contemplara la curvatura de la Tierra desde el espacio, dejando momentáneamente su silla de ruedas.
La misión representó la culminación de un proceso iniciado años atrás, luego de que la ingeniera sufriera una lesión medular que transformó por completo su vida y la llevó a replantear sus límites personales y profesionales.
La protagonista de este hito es Michaela Benthaus, de 33 años, ingeniera y miembro del programa de formación de graduados de la Agencia Espacial Europea, con sede en Países Bajos. Hace siete años, un accidente practicando ciclismo de montaña le provocó una lesión severa en la médula espinal que le impidió volver a caminar.
Lejos de abandonar su carrera, Benthaus continuó con su preparación académica y científica. En 2022 participó en un vuelo parabólico desde Houston, donde experimentó breves episodios de ingravidez, y posteriormente formó parte de una misión espacial simulada de dos semanas en Polonia.
Antes del lanzamiento, la ingeniera reconoció que nunca consideró real la posibilidad de viajar al espacio, señalando que incluso para personas sin discapacidad el acceso a este tipo de vuelos es sumamente competitivo.
Blue Origin informó que la misión requirió modificaciones mínimas, ya que la cápsula New Shepard fue diseñada bajo criterios de accesibilidad. Entre los ajustes se incluyó una tabla de transferencia para facilitar el acceso al asiento y una superficie especial tras el aterrizaje para permitir su regreso inmediato a la silla de ruedas.
Durante el vuelo, Michaela Benthaus contó con el acompañamiento de Hans Koenigsmann, exejecutivo de SpaceX y patrocinador de la misión, quien fungió como asistente de emergencia. Su labor consistía en apoyarla en caso de evacuación y asistirla al descender de la cápsula, además de colaborar en el diseño de las adaptaciones previas.
También te puede interesar: ¿Qué tanto daño ambiental causan los viajes de millonarios al espacio?
Aunque se trató de una misión privada, el vuelo ocurre en un contexto de mayor apertura en la industria espacial. Este año, la Agencia Espacial Europea aprobó que el astronauta de reserva John McFall, quien tiene una amputación, pueda participar en una futura misión a la Estación Espacial Internacional.
Con este lanzamiento, Blue Origin elevó a 86 el número total de personas que ha llevado al espacio, incluyendo adultos mayores y personas con diversas discapacidades. La empresa, fundada en el año 2000, continúa ampliando sus proyectos con vuelos suborbitales, misiones orbitales y el desarrollo de tecnología para futuras exploraciones lunares.
Con información de El Imparcial.
