El exvicepresidente ecuatoriano Jorge Glas ha iniciado una huelga de hambre en la prisión de máxima seguridad La Roca en Guayaquil.
Glas, quien fue trasladado a esta prisión después de ser capturado en un operativo policial en la embajada de México en Quito, ha sido noticia desde que su amigo y expresidente Rafael Correa informara sobre su situación el miércoles.
Correa ha hecho declaraciones impactantes, afirmando que Glas intentó suicidarse el lunes, y ha culpado al presidente Daniel Noboa por la incursión policial en la embajada y la subsiguiente “integridad física y emocional” de Glas.
Según Correa, Glas no ha consumido alimentos desde su traslado y se mantiene firme en su huelga de hambre, información que fue corroborada por Sonia Vera, miembro del equipo legal de Glas, a través de las redes sociales.
El exvicepresidente, quien recibió asilo de México, fue hospitalizado previamente debido a una descompensación causada por su negativa a comer en prisión. Sin embargo, fue devuelto a la cárcel después de su breve estancia en el hospital. Correa reveló que, después de su detención, la familia de Glas y sus abogados pudieron finalmente comunicarse con él a través de Zoom.
La detención de Glas ha provocado una crisis diplomática, culminando en la ruptura de relaciones entre Ecuador y México. Vera publicó un video en el que Glas describe haber sido golpeado durante su detención. Con 54 años, Glas comparó su trato con el de una “dictadura”, afirmando haber sido “torturado y colgado de los pulgares”. A pesar de los desafíos, Glas declaró resueltamente: “Yo no voy a claudicar”.
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Este incidente ha generado una ola de reacciones internacionales y pone en relieve la tensa situación política en Ecuador.
Con información de Milenio