La Federación Internacional de la Cruz Roja (FICR) hizo este viernes un llamamiento global para invertir en mejores planes de preparación y acción temprana en la región del Caribe, que afronta una de sus peores temporadas de huracanes tras el paso del devastador Beryl.
“No podemos ignorar la nueva realidad de la crisis climática a la que se enfrentan las naciones caribeñas y hay que tener en cuenta que sólo estamos al principio de la temporada de huracanes”, subrayó desde Trinidad y Tobago la representante de la FICR para el Caribe, Rhea Pierre, en rueda de prensa virtual.
Advirtió que los efectos del cambio climático se dejarán sentir con fuerza durante esta temporada de huracanes, que abarca desde junio hasta finales de noviembre, haciendo que acontecimientos como el Beryl sean cada vez “menos excepcionales” en la zona.
Los equipos de la Cruz Roja ya están apoyando las labores de evaluación y socorro de las autoridades locales tras el paso del huracán, que ha afectado especialmente a Granada, San Vicente y las Granadinas, Barbados y Jamaica.
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En el primero de esos países, el huracán causó daños extremos en las islas de Carriacou y Petit Martinique, donde alrededor del 70% y el 97% de los edificios resultaron dañados respectivamente.
En la nación vecina, San Vicente y las Granadinas, la Cruz Roja estima que aproximadamente el 90% de las islas que forman su archipiélago se han visto afectadas.
Mientras, en Jamaica, se han distribuido mantas, kits de higiene y otros suministros esenciales para atender a las poblaciones más vulnerables, en lo que, según Pierre, es el temporal más potente que azota el país desde el huracán Dean en 2007.
En total, se calcula que más de 100 mil personas se han visto afectadas en Granada, unas 40 mil personas en San Vicente y las Granadinas y 920 mil en Jamaica, según datos de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).