Como si se tratara de la película Jumaji, diferentes ciudades en España están siendo prácticamente devoradas por hierbas malignas que se aferran al asfalto.
Sucede que hace tres años, investigadores del medio ambiente en aquel país descubrieron que el pesticida que estaba utilizando el gobierno para acabar con la mala hierba de las calles, es un potencial producto cancerígeno para los seres humanos.
Su nombre es “glifosfato”, y una vez que se emitió la alerta de riesgo, grandes ciudades como Madrid, Barcelona y Sevilla suspendieron completamente su uso, sin embargo, tras la llegada de la primavera y las lluvias, las plantas comenzaron a brotar del suelo con una mayor resistencia celular.
Poco a poco las ciudades se han ido convirtiendo en junglas, mientras que los habitantes exigen al gobierno una pronta acción al respecto, dado que éstas malas hierbas comenzaron a atraer fauna nociva.
No obstante, el gobierno alega que, por el momento, la maleza tendrá que ser erradicada manualmente.
También te puede interesar: Seudoambientalistas arrojan basura en Tajamar
Recientemente en México se dio a conocer que las tortillas contenían una cantidad mínima de este pesticida cancerígeno, hecho que abonó a la prevención de las diferentes instituciones agroalimentarias, dado que la tortilla forma parte de la dieta diaria del mexicano.