Un anillo de oro de 18 quilates con cinco brillantes que perteneció a Napoleón Bonaparte fue robado de un museo en Genappe, Bélgica, un hecho que las autoridades consideran una grave pérdida para el patrimonio europeo.
Según la Fiscalía provincial del Brabante Valón, dos individuos forzaron una ventana para ingresar al museo y una vez dentro, rompieron varias vitrinas para sustraer el anillo y otros objetos de valor histórico.
El robo ocurrió en el museo instalado en el que fuera el último cuartel general de Napoléon Bonaparte, en Bélgica, antes de la decisiva batalla de Waterloo, lo que aumenta la carga simbólica del crimen.
El anillo, pieza central del botín, formaba parte de la colección permanente y se encontraba resguardado en una vitrina de alta seguridad, aunque esto no fue suficiente para impedir la acción de los ladrones. Las autoridades locales no han informado aún del valor económico estimado de todas las piezas sustraídas, pero subrayan que su importancia histórica es incalculable.
De acuerdo con la información oficial, el anillo fue recuperado durante la huida del emperador el 18 de junio de 1815, tras la derrota en la batalla de Waterloo, lo que lo convierte en un testimonio directo de uno de los episodios más decisivos de la historia europea. Se trata de una joya de oro de 18 quilates engastada con cinco brillantes, asociada directamente a la figura de Napoléon Bonaparte y a los últimos momentos de su poder.
La Provincia del Brabante Valón, propietaria del museo, ubicando en Bélgica, señaló que el valor histórico de los objetos robados supera con creces su valor económico. Las autoridades describieron las piezas sustraídas como un “patrimonio único de la historia europea”, dada su relación con el final del Imperio napoleónico.
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La Fiscalía del Brabante Valón abrió una investigación por robo con agravantes y trabaja en la revisión de cámaras de seguridad, posibles testigos y rutas de escape utilizadas por los delincuentes. Hasta el momento no se ha informado de detenciones, y las autoridades temen que los objetos puedan ser vendidos en el mercado negro internacional de antigüedades.
Pese al impacto del robo, la administración del museo confirmó que el recinto reabrirá sus puertas al público durante el fin de semana, como una señal de resiliencia y compromiso con la difusión histórica. Sin embargo, se prevé el refuerzo inmediato de los sistemas de seguridad y la revisión de los protocolos de resguardo de las piezas más sensibles de la colección.
Con información de El Universal.
