El día de ayer, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, visitó junto a su esposa a la Reina Isabel II de Inglaterra.
La intensión de la visita fue el fortalecimiento de las relaciones comerciales entre ambos países.
Sin embargo, la noticia fue otra, luego de las imprudencias nada atípicas en Donald Trump.
El mandatario norteamericano no tuvo empacho en dejar esperando a la Reina Isabel 12 minutos.
Cuando Trump y su esposa Melania arribaron con la Monarca, ésta los recibió con una enorme sonrisa pese al retraso, y pese a que ninguno de los visitantes hizo la protocolaria reverencia cuando se saluda a la Reina.
Con todo, el momento más bochornoso que quedará grabado en la historia internacional, fue cuando Trump ridiculizó a la Reina caminando delante de ella durante el pase de lista de los guardias, acto prohibido que condenaron millones de ingleses.
También te puede interesar: Protestan en Londres con globo gigante con caricatura de Trump
El esquema del evento quedó prácticamente roto, por lo que a la Reina Isabel no le quedo de otra más que detenerse e indicarle al mandatario, y hasta al gendarme, por dónde debían ir.
La sonrisa de Trump lo decía todo. Tal parece que el mandatario disfrutó cada momento de hacer sentir a la Reina de Inglaterra, una persona más en este mundo.