Este fin de semana, miles de habitantes de la ciudad catalana de Barcelona alzaron su voz contra la masificación turística y la gentrificación. La marcha, bajo el lema “¡Basta! Pongamos límites al turismo”, congregó a unos dos mil 800 manifestantes según la Guardia Urbana de Barcelona (aunque la organización estima que fueron 20 mil).
La emblemática vía de La Rambla fue el epicentro de la protesta, donde algunos manifestantes utilizaron pistolas de agua para expresar su descontento hacia los turistas que comían o bebían en establecimientos al aire libre.
La preocupación por el exceso de turismo en Barcelona ha dejado de ser un problema exclusivo del centro de la ciudad. La masificación turística ha afectado distintos barrios, y la marcha busca un cambio de modelo económico que reduzca la afluencia turística.
Entre los efectos negativos destacan el aumento del precio de la vivienda (con alquileres que han subido un 68% en la última década), la transformación del tejido comercial local y las condiciones laborales de los 1.6 millones de habitantes.
Además, el Ayuntamiento anunció su intención de eliminar los pisos turísticos (actualmente más de 10 mil) para aumentar la oferta y contrarrestar los impactos perjudiciales del turismo masivo.
Tal vez te gustaría leer: Desplome de columna metálica en obras del Tren Maya deja dos trabajadores lesionados en Xul-ha
Barcelona, con más de 12 millones de turistas alojados en hoteles, viviendas de uso turístico y albergues el año pasado, enfrenta un desafío crucial para encontrar un equilibrio entre el atractivo internacional y la calidad de vida de sus residentes. La lucha contra la masificación turística sigue siendo un tema candente en la ciudad y en otros destinos turísticos de España.
Con información de Heraldo