Tras 40 días de incubación, el primer pingüino de Humboldt que nació en el Gran Acuario Mazatlán se muestra activo, de buen apetito y desinhibido al lado de su madre Capi y su padre Yuno, quienes se encargan totalmente de su alimentación y cuidado.
Los pingüinos son una familia de aves, la única del orden Sphenisciformes. Son marinas no voladoras, que se distribuyen casi exclusivamente en el hemisferio sur, exceptuando el de las islas Galápagos, en Ecuador.
El pingüino de Humboldt está catalogaoa como vulnerable, según la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Su población se pierde a una tasa de siete por ciento anual por el cambio climático, redes y derrames petroleros.
Catalogado como un logro importante y valioso para la conservación de la especie, el desarrollo del polluelo se presenta con mayores avances al promedio, de acuerdo a su cuidadora Dayana Ruiz, responsable de especies exóticas en el Gran Acuario Mazatlán.
El polluelo nació el 17 de diciembre de 2024 en el acuario mazatleco, donde todo el día, sin descanso, la madre vigila desde afuera el nido; mira para un lado, para el otro; no se mueve de su sitio.
Adentro, el padre, también alerta, completamente erguido, custodia, abriga y alimenta a la cría. Todo se puede observar gracias a una cámara de circuito cerrado.
Con un peso de 108 gramos, nació el primer ejemplar de pingüino de Humboldt (Spheniscus humboldti) en el Gran Acuario Mazatlán, lo que marca un hito significativo en la historia del acuario: ¡El primer pingüino mazatleco!
¡Felicidades! @GranAcuarioMzt#zoosporlaconservacion pic.twitter.com/p1Ut9Yu2Ho— AZCARM (@azcarmx) January 20, 2025
Ante una eventual amenaza, la pareja de Yuno y Capi crean con su cuerpo una especie de escudo protector extendiendo las aletas.
Entre los dos, cuidan al primer pingüino de Humboldt nacido en Mazatlán (Spheniscus humboldti), el primer “Pata Salada”, como se dice aquí de cariño a los habitantes del puerto, por su estrecha relación con el mar y la pesca.
Simon Norris, director general del Gran Acuario Mazatlán, explicó que hasta ahora el pingüino no tiene nombre porque aún se espera para hacerle un análisis de sangre y saber si es macho o hembra.
“Después haremos una dinámica con el público para proponer nombres y votar; el nombre que reciba más apoyo será el que lleve el primer pingüino mazatleco”, detalló.
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El pequeño pingüino tiene apenas dos meses de edad; apenas rompió el cascarón en diciembre de 2024, señaló Adreissa Páez, directora de Comunicación de la Ciencia del Gran Acuario Mazatlán.
“Estamos muy contentos, no sorprendidos porque estábamos trabajando para ello; los nacimientos son una fuente de ilusión y esperanza, y eso quiere decir que vamos en el camino correcto para preservar a la especie”, manifestó.