Águeda Esperilla Soto, vocera de los conductores de Uber, confirmó la autenticidad de una grabación en la que un presunto miembro del sindicato de taxistas “Andrés Quintana Roo” advierte a sus colegas que no permitieran que los choferes de la aplicación tuvieran acceso a los lobbies de los hoteles. Explicó que esto suele suceder para disuadir a los socios de la plataforma de aceptar viajes en centros de hospedaje.
Aunque en principio, Esperilla Soto ignoró los mensajes, días después, un operador de Uber fue coaccionado por un ruletero, pidiéndole que le avisara a sus compañeros que ya no podrían dejar ni cargar pasaje dentro de la Zona Hotelera.
Tal vez te gustaría leer:
“Finalmente, (la intimidación) no era un chisme, sino una realidad. Hasta ahorita, afortunadamente, no ha habido ningún reporte de alguna agresión ni nada por el estilo. Pero, sí se nos hizo importante denunciar los audios públicamente, por cualquier cosa que pudiera pasar”, informó.
La portavoz de Uber en Quintana Roo, recordó que en el audio se especifica que ahora los agresores no serán los chafiretes, sino un grupo de choque.
“Cualquier cosa que pudiera pasar, ahora sí habría que ver el antecedente de la amenaza, y habría que responsabilizar al sindicato por lo que le llegara a pasar a alguno de nuestros compañeros”, notificó.
Al preguntarle sobre si hay riesgo de violencia con la llegada de la temporada vacacional de Semana Santa, la vocera indicó que el turismo sería la parte más perjudicada, pues los trabajadores de Uber pueden seguir laborando en el centro de la ciudad fuera de la Zona Hotelera, pero que si van hacia allá es por la demanda del servicio.
“No debería ser ningún tema el hecho de que venga la temporada vacacional. Ya pasamos la de diciembre-enero y todo salió bien. Si hay compañeros trabajando dentro de la Zona Hotelera, es por la demanda del servicio. Nos llegan servicios para allá y tenemos que ir”, aseguró.
Finalmente, Esperilla Soto aclaró que aún no interpondrán una denuncia ante la Fiscalía General del Estado, debido a que la dependencia no considera las grabaciones como prueba suficiente para tipificar la amenaza como un delito.
“No podemos hacer nada todavía porque en la Fiscalía, cuando uno va con este tipo de cosas (los audios), dice que no hay hecho (que perseguir), tendría que haber más de una amenaza para que procediera. En este caso estamos esperando a ver qué pasa. De existir una agresión, ahí sí procederíamos a la denuncia”, concluyó.