Playa del Carmen.- Durante su visita a Solidaridad, el sacerdote Alejandro Solalinde Guerra afirmó antes “Veía una población adormecida, inconsciente y un poco conservadora y dejada; ahora la gente va despertando; gente valiosa y con conciencia despierta; me parece que los quintanarroenses son gente sana, con su fe católica, con principios y valores; desgraciadamente en la política no se han podido expresar por un cambio, como se necesita a nivel nacional; entiendo que todo es un proceso y se irán dando más cambios”, detalló.
Dentro de estos cambios resalta la aceptación de la diversidad en la sociedad, y libertad para que la gente pueda decir lo que quiere. Destaca que las autoridades actuales tienen la experiencia desde abajo y son sensibles a lo que quiere la gente.
“En Playa del Carmen tienen una autoridad como Laura Beristain, sensible, que se preocupa por muchas cosas; y solo una persona que tenga la experiencia de abajo puede captarlas, sentirlas y solidarizarse; una de las ventajas que tiene Morena, no todos los morenos, pero Morena sí, es tratar de entender las exigencias de un cambio y convencer a la gente de caminar juntos”, consideró.
Indica que esto se refleja a nivel nacional, con el cambio que ha significado que el presidente informe diariamente a la población de lo que hace el gobierno y que después vaya “al terreno a escuchar a la gente y se deja cuestionar y acerca a la gente”.
En el marco de su visita invitó a la gente a votar por quien garantice los derechos de la ciudadanía.
“La ciudadanía votó por un cambio y ese cambio se expresó por un partido, y creo que la garantía para cambiar está solo en ese partido, como mexicano y sacerdote puedo decir que los otros partidos nos llevaron a la ruina”, sentenció.
LA CARAVANA MIGRANTE SE HA HECHO NEGOCIO
Por otro lado, el sacerdote advirtió que en las caravanas migrantes ya se cuelan polleros con su gente “enganchada”, situación que ya debiera prender los focos de alerta.
Acusó que en sexenios anteriores había una incongruencia entre lo que se decía y se hacía en materia migratoria y respeto a derechos humanos, situación que continúa en el Instituto Nacional de Migración (INM), quizá por el “desconcierto” en querer buscar el equilibrio en este delicado tema.