La madre de dos jóvenes acusados de asesinar a dos chicos en la comunidad de Tuzik, en el municipio de Felipe Carrillo Puerto, fue liberada tras un mes de haber sido retenida por los vecinos del poblado.

La retención, como medida de presión para exigir justicia, se vio marcada por un intenso conflicto que inició el 11 de septiembre pasado, cuando dos jóvenes fueron brutalmente atacados con armas blancas por los dos hijos de la madre retenida.

La liberación de la madre se logró gracias a la intervención de la secretaria de Gobierno, Cristina Torres, y de la alcaldesa Mary Hernández, quienes llegaron a Tuzik para entablar un diálogo con los habitantes y las familias afectadas.

Tras un prolongado proceso de negociación, las autoridades lograron mediar para que la mujer fuera puesta en libertad, aunque quedó bajo custodia de las autoridades locales, como medida de protección tras su liberación.

En un esfuerzo por restablecer la seguridad en la comunidad, se estableció reforzar la vigilancia en la zona, además de que se entregaron despensas a los ciudadanos que participaron en las guardias durante la retención.

Para ayudar a la familia de los jóvenes asesinados, las autoridades destinaron 20 mil pesos para gastos inmediatos y se comprometieron a construirles una vivienda.

El conflicto que llevó a la situación trágica, comenzó cuando el 11 de septiembre, en el crucero de la carretera federal 295 Felipe Carrillo-Valladolid, dos jóvenes de Tuzik fueron atacados y asesinados.

La indignación de la comunidad culminó en la retención de la madre de los acusados, con el propósito de presionar a los responsables a entregarse. Aunque esa estrategia no dio los resultados esperados, sí atrajo la atención de las autoridades sobre el caso.

Ante la presión social que ejercieron los pobladores de Tuzik, la Fiscalía General del Estado (FGE) de Quintana Roo emitió una ficha de búsqueda y ofreció una recompensa de 200 mil pesos.

En la ficha se pedía proporcionar datos fidedignos que condujeran a la captura de los hermanos Jairo y Rigoberto de Jesús Pat Yama, quienes continúan prófugos.

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 La búsqueda de los sospechosos sigue en marcha, mientras la comunidad de Tuzik enfrenta las secuelas del trágico hecho, sobre todo porque las víctimas eran muy conocidos y estimados por el poblado carrilloportense.