Chetumal.- El negligente y efímero gobierno de Luis Torres Llanes sigue dejando sus “bombas de tiempo” que causan estragos en la capital del Estado, que ahora sufre por carencias en la recolección de basura y ambulancias, al ignorar el ex edil las señales de alerta sobre la vida útil de estos vehículos.
La sucesora del malogrado candidato a diputado, María Luisa Alcérreca Manzanero admitió que el servicio de basura es deficiente, por la falta de vehículos, pues se carece de recursos para reparar las unidades que caen en taller.
CAMIONES NO PUEDEN FALLAR
“Los camiones se han reparan pero vuelven a fallar y la falta de refacciones ocasiona que no vuelvan a entrar en operaciones rápidamente”, declaro en entrevista reciente.
Sin embargo, desde enero de este año, autoridades municipales habían advertido que esta situación podría ocurrir, lo que fue ignorado tanto por Luis Torres como por su sucesora.
En efecto, a inicios de año, Jean Baptiste Emanuel, director de Servicios Públicos, comentó que cuentan con 12 camiones para cubrir las 36 rutas en tres turnos. Eso significa que ningún camión puede descansar y cualquier falla mecánica significa en automático un rezago en la recoja.
“Los vehículos paran únicamente cuando van al taller”, confesó entonces el funcionario municipal.
Desde entonces, se señaló que era necesario contar con 18 vehículos, para que así pudieran descansar seis por turno, y evitar que se acortara la vida útil de los mismos.
Estas señales de alerta fueron ignoradas por Luis Torres Llanes, más interesado en lanzarse para un cargo público. A causa de esto, ahora el municipio debe rentar volquetes para realizar la recoja de basura, de forma indebida, con derrame de lixiviados.
Este arrendamiento de unidades significa un gasto extra diario por parte del Ayuntamiento, que de por sí atraviesa una difícil situación, al grado de incumplirle al personal en sus pagos.
TAMPOCO HAY AMBULANCIAS
Al igual que los camiones recolectores, también están en el taller las cuatro ambulancias con las que cuenta el Ayuntamiento.
Por falta de recursos, los cuatro vehículos del municipio para emergencias médicas están fuera de circulación. Para colmo, de las dos ambulancias que cuenta la Cruz Roja, una también está averiada.
Ante esta situación, el número de emergencias 911 cuenta con un vehículo para atender a toda la ciudad, lo que ha dado lugar a reclamos, pues por la situación incluso se pone en riesgo la vida de la ciudadanía.
Para colmo, en ocasiones, como el viernes pasado, la ambulancia de la Cruz Roja debe salir de la ciudad para realizar traslados. En esos días, la ciudad se queda sin estos vehículos.
¿Y LAS FINANZAS?
La eterna excusa, usada tanto por Luis Torres Llanes como por María Luisa Alcérreca, es el difícil estado financiero del municipio, pero a causa de su falta de previsión, actualmente se paga más en la renta de volquetes, lo que indica más bien una falta de previsión.
Posibles fuentes de financiamiento, como la concesión de un servicio de transporte, han sido desperdiciadas por la administración, incapaz de haber metido en cintura al sindicato de taxistas, al Suchaa, lo que propició la salida de Jet Van Car.
Sin embargo, los casos más graves son los litigios activos que no han sabido defender y que perdieron o están en proceso de perder. Tal pasó con la concesionaria de basura Intrasiso, que pese a haber incumplido con el manejo de este espacio, hoy colapsado, sospechosamente derrotaron al ayuntamiento en tribunales.
En marzo, Luis Torres Llanes sonriente firmó el nuevo convenio con el que se privatizaba por segunda ocasión la disposición final de los desechos sólidos, con la sorpresa que el actual relleno, inaugurado hace menos de una década, tendría que ser cerrado y que el Ayuntamiento deberá pagar por la construcción de otro lugar, a una razón de 13 millones de pesos anuales.
A este nuevo endeudamiento, se suma el litigio contra Avances Lumínicos por la instalación de luminarias LED, que tampoco ha sido cumplido, pero que la presidenta municipal también anticipó estaba a punto de perderse, lo que implicaría desembolsar la friolera de 600 millones de pesos. En este caso, Alcérreca bastante confiada dijo que obtendrían un crédito a bolsa perdida con el Gobierno Federal, pese a tratarse del doble del monto requerido para atender la contingencia de sargazo, y que la Federación no quiso financiar.
