El sur de Quintana Roo alberga zonas arqueológicas que son poco conocidas, más allá de Cobá o Tulum, que albergan una gran porción de la cultura maya antigua.
Las cinco zonas arqueológicas menos conocidas de Quintana Roo
1. Dzibanché
Es conocido como el lugar de las ofrendas mayas, y su nombre significa “escritura sobre piedra”.
Se fundó alrededor del año 200 a.C. y en su primera época construía enormes templos, para que en su periodo de apogeo se terminara de construir la ciudad con palacios, casa y edificios públicos.
Se ubica a 78 kilómetros de Chetumal y su costo de entrada es de 55 pesos
2. Kinichná
Se conoce como la “casa del sol”, y es un asentamiento muy pequeño y cercano a Dzibanché, que incluso comparte acceso.
En la antigüedad, cuando Dzibanché se encontraba en apogeo, un conflicto originó la separación con Kinichná.
Destaca por sus sacbés o caminos bancos, los cuales se ubican a la misma distancia.
3. Kohunlich
Su nombre es de los pocos que provienen de lenguas extranjeras, ya que significa “cohoon ridge” en inglés, traducido como “lomerío de corozos”. El corozo es una palma endémica de la región.
Su Templo de los Mascarones conserva cinco de los ocho ejemplares dedicados al Kinich Ahau, Señor del Rostro Solar, con una imponente altura de dos metros, aproximadamente.
Se ubica a 65 kilómetros de Chetumal y su cuota de entrada es de 65 pesos.
4. Oxtankah
Se dice que Oxtankah es la cuna del mestizaje, pues aquí se gestó Ixmo, la primera mestiza y primogénita de Gonzalo Guerrero y Zazil Há.
Oxtankah es el sitio prehispánico más grande e importante de la bahía de Chetumal; y cuenta con una arquitectura atractiva, además de que los habitantes del sitio construyeron chultunes y pozos para captar el agua de lluvia.
Con un costo de entrada de 50 pesos, se localiza a tan sólo 15 kilómetros de Chetumal.
5. Chacchobén
El mayor asentamiento de la Región de los Lagos perteneció al Petén.
Su delicada arquitectura, como esquinas redondeadas y estelas con jeroglíficos grabados que desafortunadamente no son legibles, son algunos de sus atractivos.
Rodeada de selva, su nombre en maya se traduce como “lugar del maíz colorado”.
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Se ubica a 70 kilómetros de Chetumal y su costo de entrada es de 55 pesos.