Chetumal.- Un grupo de integrantes de la Unión de la Masa y la Tortilla en esta capital desconocieron a Julio Durán Sánchez, durante una rueda de prensa de la diputada local Jenni Juárez Trujillo, debido a su intención de aplicar la norma 187, pese a acordarse lo contrario en una mesa de trabajo anterior.
La legisladora del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Jenni Juárez, acompañada de Miguel Pino Murillo, director de la Cofepris, explicó en rueda de prensa que la norma 187 sobre la producción y envasado de tortillas, señala en su inciso 1.2 que es de observancia obligatoria para quienes se dedican a su proceso de importación, por lo que es inaplicable en el estado en otros caso.
Según la diputada, querer implementar esta norma llevaría a muchos comercios a la quiebra, por lo que fomenta al monopolio, y señaló que la empresa Bimbo tuvo un rol en la elaboración de esta regla.
“Sería como relanzar un monopolio, para que sólo aquellos con recursos puedan vender tortillas”, afirmó.
Por ello, señaló que se presentará un punto de acuerdo para que no se aplique y, en su lugar, prepararán una iniciativa de ley, para ser presentada en 15 días, en la que se normen las medidas de higiene de tortillerías, de forma aplicable.
Pino Murillo explicó que en el estado se busca evitar la presencia de irregulares, que se dedican a la venta de este producto en malas condiciones a tiendas. Para ello, se acordó que todo punto de venta tenga un dictamen sanitario, gratuito, de una tortillería constituida, a la que se le inspecciona.
En este punto se cedió los micrófonos a empresarios del ramo, incluida Karen Herrera, presidenta de la recién creada Unión de Pequeños Productores de la Masa en Othón P. Blanco, quien mostró una serie de firmas recabadas en contra de la dirigencia de Julio Durán Sánchez, quien sólo busca favorecer a un pequeño grupo de grandes productores.
La secretaria general de este nuevo organismo acusó que existe una campaña de hostigamiento en su contra, por lo que lo desconocen como dirigente, en especial por querer violentar lo acordado en las mesas de trabajo.
