CANCÚN, 22 de agosto de 2024.- Cuando Andrés Manuel López Obrador llegó al poder en el año 2018, comenzó con un discurso de austeridad, señalando que el dinero era malo para las personas y que deberían vivir con apenas lo justo para no corromperse.
Además, sostuvo que iba a poner “raya” a los empresarios, mismos a los que acusó de “haber logrado sus fortunas gracias al sistema neoliberal implementado en México desde los años 80”.
A 40 días del final de su mandato, los empresarios mexicanos son más ricos que nunca; incluso, les ha ido tan bien durante la actual administración que la riqueza de cinco se ha duplicado respecto al resto de sus pares latinoamericanos en el ranking de Bloomberg.
En ese sentido, los nombres que más destacan son el del hombre más rico de México y toda Latinoamérica, Carlos Slim Helú, dueño de las empresas Carso, América Móvil e Inbursa; Germán Larrea Mota-Velasco, dueño de Grupo México, así como Fernando Chico Pardo, accionista mayoritario del Grupo Aeroportuario del Sureste (Asur).
En los seis años de gobierno obradorista, pocos empresarios aumentaron sus fortunas, entre ellos Fernando Chico Pardo, el mayor accionista del Grupo Aeroportuario del Sureste (Asur), administrador del aeropuerto de Cancún, entre otros negocios.
Chico Pardo ya era parte de las 10 personas más ricas de México y se estima que en los últimos años ha logrado aumentar su fortuna en 220 por ciento: en 2018 tenía mil millones de dólares (19 mil 500 de pesos), y ahora tiene tres mil 200 millones (62 mil 400 de pesos).
Ese empresario es conocido como “el hombre que controla el cielo”, pues su grupo administra los aeropuertos de Cancún, Cozumel, Huatulco, Mérida, Minatitlán, Oaxaca, Tapachula, Veracruz, Villahermosa y San Juan, Puerto Rico.
Curiosamente, las políticas de López Obrador respecto a la recuperación de salarios, aumento en los aportes patronales y hasta las “vacaciones dignas”, entre otras, favorecieron a los negocios de Chico Pardo y su fortuna seguramente aumentará porque las políticas de México continuarán en manos de Claudia Sheinbaum.