Luego de las protestas de varios días, y tras reunirse con las autoridades, los habitantes de Bacalar siguen inconformes con las obras que realiza la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) a unos metros de la laguna.
Consideran que no son suficientes los argumentos de las autoridades, que no hay transparencia en el proyecto y que la falta de claridad en los permisos ambientales otorgados pone en riesgo a la laguna de los siete colores y a todo el ecosistema.
“Exigimos a las autoridades competentes transparencia en el proceso de otorgamiento de permisos y en la exención del requisito de impacto ambiental que toda obra frente a la laguna Bacalar debe tener y que los hagan públicos a la brevedad posible”, destcan los integrantes del Consejo Ciudadano que se han opuesto al proyecto desde su inicio.
Agregaron que en caso de no ser transparentes, parecerá que “la Sedena se sitúa por encima de la ley, en lugar de ser un garante de la misma, como lo establece la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, poniendo con ello en riesgo el estado de derecho que establece la carta magna”.
Los ciudadanos, quienes han recibido el apoyo de organizaciones, activistas, maestros, estudiantes, extranjeros residentes en el destino, funcionarios municipales y miembros de etnias, dicen que la presión mediática y las protestas han parado hasta cierto punto la obra planeada roginalmente por las autoridades. Pero aún así exigen que se aclaren los alcances de esta obra.
“Solicitamos ante Sedena y autoridades competentes que den a la brevedad una aclaración pública y abierta sobre el tamaño en metros cuadrados que tendrá la obra, altura de la barda y de la construcción, tipo de materiales que utilizaran y estilo arquitectónico de la misma que solicitamos vaya acorde con el del Centro Histórico y el estilo del Fuerte de San Felipe de Bacalar“, indican.
Cabe resaltar que fue este lunes 24 de marzo cuando los ciudadanos y ambientalistas se reunieron con autoridades de Sedena, quienes aseguraron que tenían los permisos por parte de Semarnat. Sin embargo, los inconformes señalaron que estos se entregaron de manera arbitraria, sin saber si el proyecto causará o no daño a la zona.
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“La construcción es respaldada por supuestas autorizaciones de las dependencias que tienen el deber y responsabilidad de proteger el patrimonio cultural y natural, pero no lo hacen. Se realizará pero con un claro mensaje de imposición ignorando las regulaciones ambientales e ignorando las necesidades de la población”, son algunos de los errores del proyecto que denuncian los ambientalistas.
Agregan que el argumento de la seguridad nacional resulta incomprensible. Y que nadie entiende cómo fue evaluado el proyecto por Semanat, permitiendo omisiones.
“La construcción se realizó utilizando maquinaria pesada y técnicas que no son adecuadas para obras frente al sistema frágil que representa Laguna Bacalar“, concluyen.