Cancún.- De acuerdo con los directivos de la Prelatura Cancún-Chetumal, hay quienes les quieren quitar el predio en la Zona Hotelera que les fue donado por Fonatur desde hace más de 20 años para hacer un edificio, por lo que advierten que no permitirán que “se agandallen ese terreno que les pertenece”.

Entrevistado luego de su homilía dominical, el obispo Pedro Pablo Elizondo Cárdenas señaló que ya son muchos años que les fue donado el predio, pero que ninguna autoridad municipal les ha ayudado a resolver esta situación.

“Esperamos que la autoridad considere la voz del pueblo. Si la iglesia viene a generar valores en las familias y las personas, ¿por qué no ocupar el espacio que nos dio Fonatur?”.
Menciona que, a diferencia de este otro predio, el de Tajamar fue pedido al Gobierno del Estado y sí se les donó, pero la obra quedó en “stand by”.

“Fonatur nos regaló el estacionamiento de la zona hotelera y el presidente no quiso firmar porque a través del municipio se lo dan a la Iglesia y ahora quieren comprar ese predio y hacer un edificio y hacer hasta un prostíbulo ahí”, se quejó.

YA NO HAY PREDIOS EN DISPUTA

En opinión de Elizondo Cárdenas, se debe permitir que la gente levante las iglesias que desee, “para dignificar los espacios y vivan su libertad religiosa”.

“La gente lleva años y necesita papeles para eso y no se va a dejar. Por ejemplo, en Villas Las Palmas la gente quería hacer un domo de la iglesia, no la dejaron y ya dijo que van a pasar sobre sus cadáveres y que las máquinas los tienen que aplastar si quieren quitar la iglesia. Pero al final movieron el domo y un poco la iglesia y se pusieron todos de acuerdo”, recordó.

El obispo anticipó aademás que, para esta nueva administración, les irá mejor a todos; “por las personas, no tanto por los partidos”.

Cabe resaltar que ha habido diversas quejas de organismos y ciudadanos que critican que la iglesia católica se ha apropiado de predios destinados para parques o áreas verdes, y en los que ha edificado capillas sin contar con los permisos necesarios, aunque según el prelado, ya no hay terrenos en conflicto.