PLAYA DEL CARMEN, MX.- José Hernández, el propietario del vehículo Toyota Yaris Azul que fue interceptado por miembros del Sindicato de Taxistas Lázaro Cárdenas del Río al recoger a dos huéspedes del hotel Mayan Palace, aclaró que no pertenece a UBER ni cobró ningún servicio.
El joven relató que es amigo de la pareja canadiense, a quienes conoció hace un par de días en Playa del Carmen. Los recogió para ir a comer, pero al llegar al centro de hospedaje los turistas le comentaron que habían sido acosados por los chafiretes, cuestionándolos sobre a donde irían y como se trasladarían.
En el complejo sufrieron una primera agresión, cuando un operador le ponchó una llanta, arrebató su celular y le robó su cartera. Fueron seguidos hasta el centro de esta ciudad, donde a pesar que aclaró la situación, comenzaron a ser rodeados.
El entrevistado lamentó que a pesar que llegaron elementos municipales de Tránsito y representantes de SINTRA no escucharon su versión de los hechos, permitiendo que los chafiretes aboyaran su automóvil.
No pudo mostrar la documentación que le fue requerida, pues su licencia iba en la cartera que minutos antes le habían robado los mismos taxistas. La grúa se llevó a su carro al corralón con todo y personas adentro.
Ya interpuso la denuncia correspondiente ante el Ministerio Público del Fuero Común por daños. Para sacar su unidad le están cobrando 60 mil pesos. Sus amigos canadienses están dispuestos a testificar a su favor, pero se llevan una mala imagen del destino, reconoció.
Mientras tanto, como en otros puntos de la entidad, socios y operadores del gremio local se manifestaron de manera pacífica en el corredor turístico de la Riviera Maya, en contra de la entrada de UBER a la entidad.
En las unidades comenzaron a pintar la leyenda “No afectes nuestro patrimonio UBER, respeto a la Ley 31 BIS”. Y es que de acuerdo a la actual legislación estatal, para que ese tipo de plataformas pueda ingresar a prestar el servicio de trasporte, debe de obtener una concesión.