Playa del Carmen.- Aunque es difícil tener expectativas certeras, al tratarse de un turismo que no reserva o que lo hace con muy poca antelación, los hoteles del centro de Playa del Carmen pueden esperar una ocupación mínima de un 85% en Semana Santa, llegando a arriba del 90% en el fin de semana.
Lo anterior lo declaró Andrea Lolito, vicepresidente de la Asociación de Hoteles de la Riviera Maya, quien representa a este sector en el organismo, y quien aclara que ya no se cuenta con lleno total como otros años, pero esto es debido a una mayor oferta diferenciada, al existir también rentas vacacionales.
“Playa del Carmen es 17 en la lista de lugares que la gente desea visitar”, destacó el empresario. “Es distinto el éxito de la ciudad que el éxito de la hotelería. Queda ver la derrama en tiendas y restaurantes, aunque no se llegue al lleno total en hoteles, al existir otras opciones de hospedaje”.
Pidió ser muy cauto al hablar de estadísticas, pues las cifras salen a posterior. Únicamente se puede tener expectativas, en las que incluso puede tenerse una sorpresa en positivo, ya que mucha gente llega por carretera sin hacer reservas.
En semana santa, añadió, prevalece el turismo nacional, que llega en grupos grandes y busca rentas vacacionales. La hotelería es más común para el turismo de pareja, aclaró.
Aun así, indicó que estimar una ocupación entre el 80 y el 85% es conservador, con una ocupación superior al 90% para el fin de semana. Estas cifras son positivas, porque en esta temporada las tarifas repuntan entre un 25 y 30%, por lo que es un equivalente a un lleno total.
Sobre el turismo, indicó que se ha mantenido muy estable. Turistas de Estados Unidos y Canadá son a menudo personas que ya repiten por sentirse a gusto en el destino. A ellos deben añadirse personas provenientes de Argentina, Chile y otros puntos de Sudamérica.
Un fenómeno nuevo que se ha visto es que muchos llegan a Playa del Carmen como punto inicial y final de un recorrido por varios microdestinos, algo que antes solo se veía con el mercado Europeo, pero que ahora también acontece con estadounidenses.
