PLAYA DEL CARMEN, MX.- La tarde del jueves 8 de marzo, Quintana Roo sentó un precedente a nivel mundial, al ser el primer gobierno en reconocer el derecho que tienen los arrecifes como seres vivientes y que, como tal, se les garantice un seguro en caso de algún desastre.
Un reconocimiento que va más allá de las palabras
El anunció hecho por Carlos Joaquín González, del seguro sobre sistemas naturales para proteger playas y arrecifes fue recibido como una muestra clara de la importancia que tienen estos ecosistemas no sólo para la conservación sino como factor del desarrollo económico de la entidad.
Y es que, gracias a estos recursos naturales, Quintana Roo y sus diferentes destinos, atraen a millones de turistas e inversionistas con grandes proyectos que generan una riqueza económica, y fuentes de trabajo.
Si bien siempre se había reconocido al sistema arrecifal y el litoral quintanarroense como uno de los principales atractivos turísticos, no fue sino hasta ahora que se le reconoce jurídicamente.
Para nadie es nuevo el deterioro que los arrecifes tienen producto de las actividades turísticas, la pesca y otras que lo mantienen con el semáforo en amarillo, incluso rojo en algunos puntos.
Con este seguro, se logra contar con recursos económicos que permitan atenderlo en caso de algún incidente, como el encallamiento de una embarcación, sin tener que esperar a que los trámites burocráticos destinen algo.
Lo mismo será en caso de un fenómeno natural, como el paso de un ciclón o el recale de sargazo que hoy en día se presenta. El seguro se podrá utilizar para emprender acciones que lleven a una recuperación del sistema.
“Realmente eso habla del nivel de compromiso (del gobierno del Estado) al que nos sumamos todos, porque si somos parte del segundo sistema arrecifal más grande del mundo, hay que cuidarlo y preservarlo con acciones puntuales”, opinó la presidenta de Solidaridad, Cristina Torres Gómez.
La medida, seguramente será replicada a corto plazo por otros gobiernos estatales o de otros países que también reconozcan el valor de éstos por la riqueza biológica y la fuente de recursos económicos que representa.