El 21de octubre pero de 2005, tocó tierra en Quintana Roo, el fenómeno metereologico más devastador que se ha formado en el Atlántico desde que se tiene registro de estas precipitaciones, el huracán Wilma.
Wilma ya era un poderoso huracán de categoría 4 cuando tocó tierra en la Península de Yucatán, trayendo consigo vientos superiores a los 200 kilómetros por hora.
El primer lugar donde se sintió el impacto fue en Cozumel, ya que el ojo de este pasó por encima de la isla, antes de sobrevolar la zona continental de la Península de Yucatán.
El primer lugar donde tuvo contacto directo con la península fue cerca de Playa del Carmen, en el estado de Quintana Roo.
En Cozumel se experimentó una gran calma en el ojo de Wilma durante varias horas, llegando incluso a experimentar cielos azules y de momento soleados.
Los daños en Cozumel fueron devastadores, de igual forma en todo el norte de Quintana Roo, especialmente en Cancún, donde el ojo pasó justo al Este Noreste de Cancún.
Durante más de 70 horas consecutivas se sintieron los vientos del huracán en diferentes zonas de la Península ya que, para colmo de males, un frente frío no permitía que Wilma avanzara, por lo que se encontraba estancado sobre Cancún, generando una destrucción todavía mayor, sobre todo en la lujosa zona hotelera que se encuentra frente a las playas.
Después del recorrido, durante las primeras horas del 23 de octubre, Wilma comenzó a abandonar la península y se internó en el Golfo de México, ya debilitado como huracán de categoría 2.
Wilma fue particularmente devastador en Cancún, ya que durante 72 horas sufrió lluvias descontroladas y vientos de 295 kilómetros por hora, dejando un saldo de cinco fallecidos y pérdidas materiales por 67.5 millones de dólares.
Después del paso, hubo saqueos, explosiones por fugas de gas y descargas eléctricas.
(Con información de Reportur)
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