CANCÚN, 11 de julio de 2024.- El Tren Maya, el nuevo aeropuerto y el parque El Jaguar harán crecer alrededor de 450 por ciento la población de los municipios de Tulum y Felipe Carrillo Puerto durante las próxima tres décadas, de acuerdo con el Programa Territorial Operativo de la Zona Sur de la Riviera Maya.
Según el análisis, en el que también participó la Secretaría de Desarrollo Agrario, Urbano y Territorial (Sedatu), el crecimiento demográfico y la afluencia turística demandarán 116 por ciento más de agua potable por año, lo que impactará los acuíferos de la zona.
El escenario ideal estima que, para 2050, se necesitarán 41.6 hectómetros de agua para abastecer la demanda de ambos municipios, además de la producción de aguas residuales de 20.8 hectómetros. Para esa misma fecha, la producción de basura y residuos sólidos urbanos será de 748 toneladas diarias.
“Adicionalmente en el escenario ideal, se considera que las nuevas construcciones se apegaran a criterios de sustentabilidad: ahorro, saneamiento y reutilización de aguas residuales, por lo que la dotación de potable al día podrá llegar a 159 litros/ habitantes/día”, 50 por ciento más de lo fijado por la ONU para las necesidades básicas.

El reporte de la Sedatu considera tres escenarios derivados de la capacidad gubernamental y financiera para administrar el impacto de los tres proyectos.
Las proyecciones estiman que entre 2024 y 2050, la población en ambos municipios pasará de 130 mil reportados en el censo de 2020, a 716 mil 161 habitantes, con lo que ambas cabeceras municipales tendrían una concentración poblacional similar a la de Playa del Carmen; es decir, se triplicaría la densidad.
“Las cabeceras municipales alcanzarán una densidad similar a la de Playa del Carmen, llegando a 116 viviendas por hectárea, mientras que las zonas destinadas al alojamiento turístico y vivienda de baja densidad no podrán ser menores a 16 por hectárea, correspondiendo con las densidades registradas hoy en Tulum”, detalla el documento.

El escenario ideal, señala el gobierno, es una visión optimista del desarrollo, pues estima que los proyectos tengan una afluencia mayor a la estimada y se consoliden en menos de una década.
Sin embargo, Elías Sienenborn, ambientalista que ha documentado contaminación de cenotes en el Tramo 5 Sur del Tren Maya, advierte que los daños se están dando ya: la especulación inmobiliaria se ha disparado con el ferrocarril, y no hay un plan de ordenamiento y, en cambio, han comenzado los despojos de terrenos.
“El gobierno es cínico, no ha detenido el tren y sigue contaminando. Nadie ha venido a ver el deterioro y la contaminación”, subraya Sienenborn. El crecimiento poblacional en “el escenario ideal” generará la expansión de la mancha urbana en una región donde 86 por ciento es selva, 7.2 es tular o vegetación acuática y 6.0 manglar.
