Las redes sociales se han convertido en una herramienta indispensable para miles de emprendedores y profesionales que buscan hacer crecer su negocio u ofrecer sus servicios de manera efectiva.
A través de plataformas como Instagram, Facebook y TikTok, las personas tienen la oportunidad de conectar con su audiencia y fidelizar clientes gracias a mostrar sus productos o habilidades. Establecerse en el mundo digital, les permite llegar a más consumidores potenciales.
Desde tutoriales, anuncios, hasta contenidos creativos, las redes sociales ofrecen una variedad de recursos para captar la atención del público y fomentar la interacción directa, lo que resulta en un impacto positivo en el desarrollo de cualquier emprendimiento o carrera profesional; Sin embargo, este nuevo enfoque en la creación de contenido también ha generado desacuerdos, especialmente cuando se involucra a clientes en este proceso.
Esto le sucedió a una clienta que se fue a hacer las uñas con una tiktoker de nombre Lexy (@lexxy.nalls), a quien le reclamaron por estar grabando sin su permiso.
El video, que tiene una duración de dos minutos y 16 segundos, rápidamente se volvió viral, alcanzando más de 1.6 millones de reproducciones y generando un debate sobre la ética y los límites de grabar a personas sin su aprobación.
Lexy, quien se dedica a la manicura y al diseño de uñas, explicó en el video que suele grabar su trabajo para compartirlo en sus redes sociales, con el objetivo de mostrar su habilidad como profesional.
No obstante, en este caso particular, la clienta no estuvo de acuerdo con que su proceso fuera grabado, pidiéndole a Lexy que dejara de filmar.
“Quiero hacerme las uñas a gusto”, le dijo la mujer en tono molesto.
Aunque Lexy intentó calmar la situación explicando que generalmente silencia el audio de los videos para no exponer a sus clientes, la dama en cuestión continuó manifestando su inconformidad. Asimismo, cuestionó la ética de grabar sin permiso, expresando que no entendía por qué su actividad estaba siendo documentada.
“Yo ni TikTok uso. No estoy de acuerdo amiga, y si veo mis manos en tus redes te voy a meter una demanda”, aseguró la fémina disgustada.
El incidente desató una ola de comentarios en las redes sociales. Mientras algunos defendieron a Lexy, argumentando que ella realiza estos videos para promocionar su trabajo, otros se mostraron a favor de la clienta, señalando que se debe pedir permiso antes de grabar a cualquier persona.
- “Yo considero que sí sería bueno preguntar por comodidad de la clienta y evitar problemas”.
- “Y al final sí subió la conversación, jajaja”
- “Bueno, la verdad sí debió haberle preguntado si podía grabar”.
- “Qué castrosa, nomás de oírla me cayó mal, jajaja”.
- “¡Aaah! Pero ellas si toman foto cuando una les está haciendo las uñas”.
- “Honestamente y por mucho que me pese, le doy la razón a la clienta, ella deben sentirse cómodas y debes preguntarles o avisarles…pero si no fue la mejor manera”, fueron algunos de los comentarios de los usuarios en redes sociales.
También te puede interesar: VIDEO: Tiktoker desata polémica por asegurar que las parejas deben dormir en camas separadas
Este suceso refleja el creciente conflicto entre la privacidad y la exposición en las redes sociales, algo que se ha vuelto cada vez más común a medida que las plataformas digitales ganan relevancia. Aunque los creadores de contenido buscan compartir su proceso de trabajo con su audiencia, es fundamental considerar los derechos y deseos de las personas que participan en estos videos, especialmente cuando se trata de clientes que pueden no estar cómodos con ser grabados.