Un vigilante nocturno del Parque Zoológico Chorros de Milla, ubicado en la ciudad de Mérida, Venezuela falleció luego de que intentó acariciar a un león. José Zambrano, de 59 años, había estado luchando por su vida durante más de 65 días luego de sufrir un grave accidente dentro del recinto.
Según fuentes oficiales, el incidente ocurrió mientras Zambrano, aparentemente bajo los efectos del alcohol, infringió las normas de seguridad del zoológico al introducir su brazo en la jaula de los leones Carú y Murachí.
El fatal descuido le costó la amputación traumática de su brazo izquierdo y provocó múltiples lesiones que finalmente llevaron a su deceso en el Instituto Autónomo Hospital Universitario de los Andes (IAHULA).
La tragedia inició cuando Zambrano, tras compartir bebidas alcohólicas con unos amigos en las inmediaciones del zoológico, se dirigió a su lugar de trabajo. Fue en este contexto que sucedió el accidente, que ha generado consternación entre colegas y la comunidad. Autoridades locales destacaron la importancia de seguir estrictamente las normas de seguridad en entornos de alto riesgo como los zoológicos.
El suceso reaviva el debate sobre las condiciones de trabajo y la necesidad de reforzar los protocolos de seguridad en estos recintos para proteger tanto a los empleados como a los animales. La muerte de Zambrano no solo deja un vacío en su entorno laboral, sino que también sirve como un sombrío recordatorio de las consecuencias de acciones imprudentes y la urgencia de fomentar una mayor conciencia respecto al consumo responsable de alcohol y el respeto por las medidas de seguridad.
Familiares, amigos y compañeros de trabajo de José Zambrano lo recordarán como alguien comprometido con su labor, aunque su triste desenlace subraya la importancia de tomar decisiones responsables en todas las circunstancias. El Parque Zoológico Chorros de Milla, por su parte, reiteró su compromiso con la seguridad y expresó sus condolencias a los seres queridos del vigilante.
Los ataques de leones suelen ser impactantes y están ligados tanto a la interacción humana como a situaciones de riesgo donde se violan medidas de seguridad. Estos casos frecuentemente ocurren cuando las personas subestiman la naturaleza salvaje de estos animales.
En zoológicos y reservas, los incidentes a menudo surgen por imprudencia humana. Los leones, siendo depredadores por naturaleza, mantienen instintos que no desaparecen en cautiverio. Cuando alguien cruza barreras o realiza acciones inapropiadas, como alimentar a los animales de cerca o intentar tocarlos, aumenta la probabilidad de un ataque. Este tipo de comportamiento pone en peligro no solo a las personas, sino también a los propios animales, que pueden ser considerados responsables de los incidentes.
En safaris o hábitats semiabiertos, el riesgo se eleva al interactuar en espacios menos controlados. Muchas veces, los ataques ocurren porque los visitantes no respetan las reglas del lugar, como permanecer en vehículos o evitar interacciones directas con los animales.
Tal vez te gustaría leer: VIDEO: Perro cae a las vías de un tren en la India luego de que su dueño intentó subirse estando en movimiento
Más allá de los incidentes, estos casos resaltan la importancia de educar al público sobre la convivencia responsable con la fauna salvaje, especialmente en espacios diseñados para su preservación. También subrayan la necesidad de reforzar protocolos de seguridad para proteger a visitantes, trabajadores y los mismos animales en entornos controlados. La línea entre la admiración y el respeto debe mantenerse siempre clara para evitar tragedias.
Con información de El ARAGUEÑO Venezuela p