La experiencia de ir al cine es un verdadero encanto. Desde comprar los boletos hasta saborear las palomitas y las bebidas, sentarse frente a la gran pantalla junto a una multitud para sumergirse en un mundo ficticio durante horas es algo mágico.
Sin embargo, para algunos, esta actividad puede ser rutinaria, mientras que para otros, como Rachuqbolá, una mujer cubana que emigró a México, es una vivencia completamente nueva.
Rachuqbolá ha documentado su vida en México a través de su cuenta de TikTok (@Rachuqbola). Desde los sonidos de la vida en este país hasta los sabores que impregnan las calles, todo es diferente para ella debido a las restricciones gubernamentales en su país de origen. Recientemente, compartió su experiencia al asistir a un cine mexicano, una actividad que estaba en su lista de pendientes.
Una de las primeras diferencias que notó fue la variedad de opciones gastronómicas dentro del cine. A diferencia de los cines cubanos, donde no existen los típicos combos, en México puedes elegir entre una amplia gama de opciones. Además, los asientos cómodos y reclinables le sorprendieron gratamente: “Nunca había visto algo así. ¡Incluso puedes recostarte hacia atrás!”, exclamó.
Sin embargo, Rachuqbolá también reflexionó sobre la accesibilidad al cine. Para ella, ver una película no debería ser un lujo, sino algo al alcance de todos. Lamentó que en Cuba ni siquiera se paguen los derechos de los estrenos, lo que dificulta aún más el acceso a esta experiencia cinematográfica.
Tal vez te gustaría leer: Joven viaja hasta Francia en el tren de aterrizaje de un avión
En resumen, la historia de Rachuqbolá nos recuerda la magia del cine y cómo las pequeñas diferencias pueden hacer que una actividad cotidiana se convierta en una experiencia única. Ojalá que, algún día, todos los amantes del cine puedan disfrutar de esta maravillosa aventura sin barreras ni restricciones.
Con información de Milenio