Benjamin Baxter es un joven estadounidense que tuvo que mudarse de Colorado a Nebraska por motivos laborales en 2020. Como en su nueva vivienda no aceptaban mascotas, dejó a su perro Patches, un mestizo de pastor alemán, al cuidado de unos amigos. Lo que no esperaba era que Patches se escapara y desapareciera sin dejar rastro.
Durante cuatro años, Baxter buscó infructuosamente a su fiel compañero, con quien había viajado por todo el país. “Pensé que nunca volvería a verlo”, confesó a los medios locales.
Sin embargo, el destino le tenía reservada una sorpresa. El pasado fin de semana, recibió una llamada de su esposa informándole de que habían encontrado a Patches en Nuevo México, a más de 800 kilómetros de donde se perdió.
Patches había sido recogido por el control de animales de la ciudad de Anthony, que lo llevó al Centro de Servicios para Animales del Valle de Mesilla en Las Cruces. Allí, le escanearon el microchip que llevaba y pudieron contactar con Baxter.
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El joven no dudó en viajar hasta Nuevo México para reencontrarse con su perro, al que abrazó con emoción. “Es un milagro”, dijo.
El refugio que facilitó el reencuentro aprovechó para recordar la importancia de ponerle un microchip a las mascotas, ya que puede ser la clave para recuperarlas en caso de pérdida. La historia de Baxter y Patches es un ejemplo de ello.
Con información de Heraldo