Un avión militar ruso que transportaba a 65 prisioneros de guerra ucranianos se precipitó a tierra este miércoles en la región de Belgorod, cerca de la frontera con Ucrania, provocando una gran explosión que acabó con la vida de todos los ocupantes, según informaron fuentes locales.
El Ministerio de Defensa de Rusia atribuyó el siniestro a un “ataque aéreo” de las fuerzas ucranianas, que no han emitido ningún comunicado al respecto. Una comisión de la Fuerza Aérea rusa se ha desplazado al lugar de los hechos para investigar las causas del accidente.
En las redes sociales se han difundido imágenes del avión, un Il-76, cayendo en llamas antes de impactar contra el suelo, generando una enorme columna de humo negro. La zona donde se produjo el incidente es escenario frecuente de enfrentamientos armados entre Rusia y Ucrania, que se encuentran en guerra desde febrero de 2022, cuando Moscú inició una ofensiva militar contra Kiev.
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El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, se negó a hacer comentarios sobre el suceso, alegando que era “demasiado reciente”. Sin embargo, el presidente de la Duma, Viacheslav Volodin, acusó directamente a Ucrania de haber derribado el avión con un misil.
Este es el segundo accidente aéreo grave que sufre Rusia en los últimos meses, luego de que se estrelló un caza Su-34 en la ciudad de Yeisk, en el mar de Azov, que causó 15 víctimas mortales en octubre de 2022. Las autoridades rusas negaron entonces cualquier relación con el fallido golpe de Estado del grupo Wagner, una empresa militar privada vinculada al Kremlin.
Con información de Excélsior
