Las religiones han existido desde que se tienen registros históricos de actividad humana, han resultado trascendentales para el desarrollo de nuestra especie durante siglos y por lo tanto siguen igual de vigentes que siempre. Sin embargo, un pastor no se esperaba ser asaltado en plena ceremonia religiosa.
Desafortunadamente el fervor de los creyentes puede atraer a personas sin vocación que lejos de servir, se sirven de los demás y hacen tal promoción de ello que se vuelve un asunto de dominio público, atrayendo así a personas peores.
Un pastor se encontraba en plena ceremonia religiosa predicando dentro de un templo religioso en Nueva York, Estados Unidos, de pronto, un grupo de ladrones aparece en escena para asaltar a los presentes, llevándose consigo, como parte del botín, un conjunto de joyas valuadas en más de un millón de dólares.
Los hechos ocurrieron el pasado domingo 24 de julio en Brooklyn, distrito de Nueva York y quedaron registrados en un video que se hizo viral en redes sociales.
Internautas señalaron que el pastor que fue víctima de la delincuencia mientras ofrecía un sermón, es conocido por vestir carísimos trajes de diseñador y extravagante joyería.
Las imágenes captadas en video muestran el momento en que los ladrones someten a los presentes con armas de fuego para después arrebatar joyas al pastor, quien ha sido identificado como Lamor Miller-Whitehead, mejor conocido como “Bishop”.
El incidente suscitado en la congregación “Líderes del Mañana”, fue registrado en video gracias a una transmisión en vivo de Facebook que, aunque ya fue borrada de la plataforma, la cadena de noticias estadounidense CNN la recuperó.
El registro videográfico muestra el momento en que uno de los asaltantes interrumpe el sermón para después apuntar el arma contra el pastor que de inmediato se tira al suelo.
“Está bien, está bien, está bien […] vienen directamente a mí. No quiero que mis feligreses salgan heridos”, se escucha decir al pastor.
El pastor acusó ante la policía quedé los ladrones colocó su pistola frente a la cara de su bebé de tan solo ocho meses.
“Me quitó el anillo, la alianza y la cadena de obispo, y luego tenía cadenas debajo de la túnica, y empezó a tocarme el cuello para ver si había algo más, lo que significa que lo sabían, que observaban y que sabían que tenía otras joyas“, señaló.
(Con información de Plumas Atómicas)
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