Un incidente en una panadería de Estados Unidos ha captado la atención de miles en redes sociales, después de que un turista francés protagonizara un acalorado intercambio con un vendedor sobre la correcta pronunciación de “croissant”.
El video, que ha acumulado más de 85 mil reacciones en Instagram, muestra al joven francés corrigiendo insistentemente al vendedor sobre cómo debía pronunciar el famoso pan francés. “Se pronuncia croissant,” recalca con énfasis, mirando al empleado con evidente desdén.
El vendedor, visiblemente desconcertado, responde con calma: “¿Cómo debería decirlo?” Sin embargo, el turista, cada vez más molesto, replica: “¡Croissant! ¿Por qué estás revolviendo las palabras?”
La situación se intensifica cuando el empleado, nervioso, justifica su pronunciación diciendo: “Porque no soy francés.” Pero esto no calma al turista, quien responde alterado: “¿Y qué? ¡Crees que puedes matar el nombre así?”
El joven, en un tono cada vez más exigente, comienza a pedirle al vendedor que pronuncie otros nombres de panes franceses, como “pain au chocolat”. Cuando el hombre intenta disculparse, el turista explota: “¡Es pain au chocolat y croissant, maldición! ¡No es tan difícil!” Finalmente, lo reprende diciendo: “¡Dilo como un hombre!”
Los comentarios en Instagram reflejaron una mezcla de indignación y humor. “¡Y él está hablando inglés incorrectamente!”, señaló un usuario. Otro escribió: “Es la Karen francesa.” Algunos lo defendieron, destacando el orgullo por su idioma, mientras que otros lo criticaron por ser grosero con el vendedor.
El video ha abierto un debate sobre el respeto en contextos culturales y lingüísticos, demostrando que hasta el más sencillo croissant puede convertirse en un tema polémico en manos del orgullo nacional.
El croissant, conocido por su distintiva forma de media luna y su textura hojaldrada, tiene una historia fascinante que se remonta al siglo XVII en Viena, Austria. Aunque muchos asocian este delicioso bollo con Francia, su origen está vinculado a un evento histórico significativo.
En 1683, durante el asedio de Viena por las tropas del Imperio Otomano, los panaderos vieneses jugaron un papel crucial. Trabajando de noche, escucharon a los soldados turcos cavando túneles bajo las murallas de la ciudad. Al dar la alarma, permitieron que las fuerzas vienesas repelieran el ataque.
Para celebrar esta victoria, los panaderos crearon un bollo en forma de media luna, simbolizando la bandera otomana. Este gesto representaba “comerse” al enemigo, y así nació el precursor del croissant.
El croissant llegó a Francia en el siglo XVIII, donde los panaderos franceses lo adoptaron y perfeccionaron, añadiendo más mantequilla a la receta original. La primera mención del croissant en un diccionario francés data de 1863, y su popularidad creció rápidamente, convirtiéndose en un elemento esencial de la panadería francesa.
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Hoy en día, el croissant es disfrutado en todo el mundo, con variaciones que incluyen rellenos de chocolate, crema pastelera y otros ingredientes.
Con información de El Imparcial