Cada día cientos de personas hacen filas de hasta 72 horas y duermen en la calle para conseguir un tanque de oxígeno medicinal en Perú, para la atención sanitaria de familiares y allegados enfermos de COVID-19.
La gente espera con mantas en el suelo, sobre pedazos de cartón o en pequeñas carpas a que el personal del centro de oxígeno Criogas en El Callao, la ciudad portuaria contigua a Lima, inicie la rutina de cada mañana: revisar con la policía la lista de quienes hicieron fila y anunciar cuántos cilindros se pueden llenar.
Y es que la segunda ola de la pandemia ha disparado la demanda de tanques de oxígeno, cuya escasez provoca situaciones dramáticas a diario en varias zonas de América Latina.
“Ayer hicimos largas colas, estoy desde las cinco de la mañana y llegué tarde, porque hay gente que lleva dos o tres días”, comentó Yamil Antonio Suca, un estudiante universitario de 20 años de edad. Y es que la preocupación de Yamil es “que pueda avanzar” la fila y llegar a rellenar su cilindro el mismo día, sin tener que aguardar otra noche y otro día.
“Mi papá tiene COVID-19, tiene 50 años y necesita el oxígeno, su saturación está muy baja”, cuenta con pesar en su voz.
Este centro tiene mucha demanda por sus precios bajos, por lo que la gente pernocta en las calles del puerto esperando por un tanque de oxígeno significa no tener un sitio óptimo donde dormir, comer o atender sus necesidades, y soportar la bajada de temperaturas durante la noche, con los fuertes vientos que caracterizan a la zona.
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Pero es hasta que las luces del amanecer comienzan a aparecer cuando algunos vendedores ambulantes llegan a ofrecer pequeños desayunos de pan con aguacate, o café, para quien ya lleva entre nueve y 12 horas de espera.
Otro de los casos que relataron su historia para la agencia de noticias AFP, es el de Miguel Ángel, un trabajador de 22 años, dice que tiene el número 124 para la atención.
“Tenemos una familiar de 89 años que está delicada, y estamos haciendo esto por ella” explica, acompañado de su primo, quien llega para relevarlo en la espera.
Estas situaciones ocurren con frecuencia últimamente, debido a que la lista de espera, organizada por algunos efectivos de la policía peruana, es revisada por la mañana para comprobar que nadie adelante el turno y también evitar la llegada de revendedores que aprovechan la crisis para lucrarse.
La segunda ola de la pandemia golpea sin pausa a varias regiones peruanas desde inicios de enero, esto luego de registrar un alza notable de casos a partir de las fiestas navideñas y fin de año.
Lima y otros siete departamentos cumplirán un confinamiento obligatorio del 1 al 14 de febrero para tratar de frenar al virus. Sin embargo, Perú registra más de 40,000 muertos por COVID-19 y 1.1 millón de contagios desde que la pandemia irrumpió en marzo.
