Un drama se vivió en una sucursal de la pizzería Little Caesars donde una empleada se negó a venderle en autoservicio a un cliente al parecer porque fue grosero con ella.
La trabajadora quien se identificó como Irene Escareño, refirió que no fue amable, que la insultó y sonó el claxon de manera frenética.
“Nos reservamos el derecho de atenderlo por su manera de comportarse, porque hizo groserías y no diga que no”, expuso la joven. En redes sociales se polarizaron los comentarios, algunos a favor y otros en contra.
Finalmente, una guardia de seguridad del establecimiento acudió a apoyar a su compañera y le pidieron al inconforme que se marchara.
