La historia de esta mujer de 26 años ha causado conmoción ya que se come las cenizas de su esposo, asegura teme perderlo.
Se trata de Casie, una mujer de 26 años, la cual indicó que comenzó a comerse las cenizas de su esposo luego de meter la mano en la urna para cambiarlas.
Su caso fue dado a conocer por el programa My Strange Addiction (TLC), donde Casie, que vive en Tennessee, Estados Unidos, reveló que perdió a su marido Sean sólo dos años después de contraer matrimonio.
Y es que la pareja unió sus vidas en 2009 y se consideraban inseparables. Lamentablemente, Sean falleció tras un severo ataque de asma y posteriormente fue cremado.
¿En qué momento comenzó a comerse las cenizas de su esposo?
Casie reveló que todo inició luego de meter la mano en la urna de las cenizas de su esposo para cambiarlas de ánfora.
Fue en ese momento, cuando parte de las cenizas se quedaron en sus dedos, y “no quería limpiarlo, eso era mi marido, así que me lamí los dedos. Y aquí estoy, casi dos meses después. No puedo parar, me estoy comiendo a mi esposo”.
La mujer explicó en el programa, que lleva a su esposo a todas partes “al supermercado, de compras, al cine, a comer, a donde sea que vaya, él va”.
Por otro lado, Casie indicó que, debido a su costumbre, no ha estado exenta de burlas, aunque prefiere ignorarlas.
“Algunas personas se ríen, piensan que estoy jugando pero lo digo en serio, él es mi esposo”, dijo.
Asimismo mencionó que la obsesión por comer las cenizas de su esposo se debe en gran parte a que no supera su muerte.

Casie, señaló que no es nada más comer por comer, ya que tiene un método específico para lograr resultados físicos a su favor.
“Primero me lamo el dedo y no lo sumerjo, hago un remolino para que quede bien apelmazado y luego me lo como“, reveló.
“Comer cenizas me ha ayudado a bajar de peso”, revela.
Finalmente, la mujer declaró que esta terrible adicción que consiste en comer las cenizas entre cinco y seis veces al día, ha logrado bajar casi 20 kilos.
Hasta el momento, se ha comido casi medio kilo de sus restos, aunque dice sentirse culpable.
“Tengo que dejar de comérmelo, lo he perdido una vez, esta vez será mi culpa que lo pierda de nuevo”, finalizó.