Las tormentas eléctricas, junto con el calentamiento global, han acelerado significativamente la disminución del hielo marino en el Océano Ártico, según una nueva investigación publicada en la revista “Atmospheric Research”.
Este fenómeno, previamente raro en el Polo Norte debido a las bajas temperaturas, se ha vuelto más frecuente en los veranos árticos, exacerbando el derretimiento de las capas de hielo.
No obstante, debido al calentamiento global, las tormentas eléctricas se han vuelto más frecuentes durante el verano, agravando el derretimiento del hielo en un ciclo de retroalimentación.
La región ártica, definida como el área al norte de los 66,5° de latitud, está cubierta en gran parte por una gruesa capa de hielo marino, que actualmente se extiende sobre aproximadamente 8 millones de kilómetros cuadrados.
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Este hielo blanco refleja la radiación solar, ayudando a enfriar la Tierra. Sin embargo, en las últimas décadas, la capa de hielo ha disminuido a un ritmo alarmante de unos 70.000 kilómetros cuadrados por año, o un 6,5% por década.
Este proceso es acelerado por el aumento de la temperatura en el Ártico, que ha subido alrededor de 4 °C, en contraste con el incremento promedio de 1 °C en el resto del planeta.
La retirada del hielo tiene un efecto multiplicador sobre el calentamiento global. A medida que el hielo desaparece, las áreas oscuras del océano quedan expuestas, absorbiendo más calor del sol que el hielo, lo cual aumenta la temperatura y acelera aún más el deshielo, perpetuando un ciclo de retroalimentación que agrava el problema.
Los científicos han atribuido este fenómeno principalmente a la actividad humana, específicamente al aumento de los gases de efecto invernadero en la atmósfera, que actúan como una manta, atrapando el calor.
Sin embargo, la variabilidad en el ritmo de derretimiento del hielo marino no se correlaciona directamente con el aumento constante de estos gases. Este estudio buscó investigar el impacto de otro factor: las tormentas eléctricas.
Estas tormentas se forman cuando el sol calienta la superficie, causando que el aire caliente ascienda, se enfríe y condense, formando nubes que pueden convertirse en tormentas.
Para examinar la hipótesis de que las tormentas eléctricas contribuyen al derretimiento del hielo marino, los investigadores compararon imágenes de satélite de la NASA, que documentan el retroceso del hielo en el Mar Ártico durante más de 40 años, con datos sobre rayos recopilados por la red global WWLLN.
El análisis estadístico que cruzó el retroceso del hielo con el número de tormentas eléctricas mostró una correlación clara: a mayor cantidad de tormentas en un año determinado, mayor fue el derretimiento del hielo marino ese año.
Los investigadores comparan las tormentas eléctricas con una “aspiradora gigante” que eleva vapor de agua desde la superficie hasta altitudes de 5-10 km, donde se acumula y actúa como una manta adicional que atrapa el calor, aumentando la temperatura de la superficie, similar a los gases de efecto invernadero.
Además, estudios previos sugieren que estas tormentas eléctricas pueden aumentar la formación de cirros en las capas superiores de la atmósfera, que también contribuyen al calentamiento atrapando el calor.
Con información de: Proceso y El País