CANCÚN, 5 de julio de 2024.- El tan esperado boom inmobiliario no solo se quedó en el área urbana de Tulum, pues ha comenzado a impactar sus áreas naturales “protegidas” (ANP) y las colindantes, desarrollos que han traído no sólo contaminación sonora y lumínica.
Es el caso de Sian Ka’an, reserva de la biósfera que abarca cuatro municipios de Quintana Roo a lo largo de 652 mil hectáreas de selva, y que ya está en alerta roja por varios megaproyectos, de acuerdo con un reportaje elaborado por un equipo de N+Focus (Televisa).
En 1969, Punta Allen era más grande que (el municipio de) Tulum. Era más grande que Playa del Carmen (cabecera municipal de Solidaridad), tenía más población que esas dos) zonas, asegura el empresario y pescador Víctor Manuel Barrera Córdova.

Es el segundo reservorio de manglar más importante del país ─a la venta para desarrollos inmobiliarios─, sólo superado por Campeche, el estado costero con la mayor superficie (198 mil 853 hectáreas [25.6 por ciento]), seguido de Quintana Roo (129 mil 902 [16.7]) y Yucatán (93 mil 171 [12.0]), de acuerdo con la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
Barrera Córdova, pescador de la cooperativa Punta Allen, que habita en la reserva desde 1968, denunció a la televisora que “la reserva nació con un problema en el sentido de que la tierra, desde (la cabecera municipal) Tulum hasta aquí, son títulos de propiedad”.
De 2017 a 2024 hay 161 denuncias por desmonte ilegal de manglar y dunas en la reserva; empero, las autoridades federales ─Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) y la Profepa─, son omisas, además de ser abandonadas y desmanteladas en el sexenio.

El boom
En prácticamente todas las páginas de inmobiliarias serias se pueden encontrar decenas de terrenos a la venta, aunque los precios se cotizan en dólares y superan el millón de pesos mexicanos.
Además, la autoridad ambiental tiene cada vez menos recursos para operar: en 2024 destinó 408 mil pesos para la reserva de Sian Ka’an, unos mil 17 pesos diarios para que los guardaparques eviten el ecocidio: “Hay un plan de ordenamiento y desarrollo, pero siempre se viola”, resume Víctor Manuel Barrera.
Hace tiempo que Víctor y la comunidad (Punta Allen) temen la llegada de megadesarrollos: “El detalle es que mucha gente es propietaria de la tierra, entonces ahí la reserva tiene que estar luchando constantemente porque, aunque hay un Plan de Ordenamiento (Territorial) y también el (Municipal) de Desarrollo, siempre se violan”.

Incluso, en páginas de bienes raíces es posible hallar ofertas de terrenos en Sian Ka’an que superan el millón de dólares, y cuya finalidad es crear grandes complejos inmobiliarios: “Mucha gente está tratando de vender sus predios para que se hagan grandes construcciones”, afirma Víctor.
El boom inmobiliario de Tulum ya impacta sus áreas naturales “protegidas” y las colindantes; además, la autoridad ambiental tiene cada vez menos recursos para poder operar: “Tulum empieza a tener un desarrollo turístico que no está controlado, que ha venido creciendo desaforadamente. Empieza a impactar nuestros alrededores y a la reserva”, lamenta el empresario-pescador.
Para nadie en Quintana Roo ─sólo para la Federación, el estado y los municipios─ es un secreto que los desarrollos inmobiliarios se privilegian por encima de la conservación y el cuidado de los recursos naturales como los manglares, esenciales para combatir el cambio climático… la muestra más tangible, por ahora, es Sian Ka’an, y eso porque apareció en televisión nacional e internacional.
