CANCÚN, 28 de julio de 2024.- Tras el descubrimiento de vestigios prehispánicos, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) se verá obligada a modificar el trazo original del Tramo 7 del Tren Maya por órdenes del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
La Secretaría de Cultura acordó modificar el diseño original para preservar siete estructuras mayas en el área periférica de la zona arqueológica de Kohunlich, de acuerdo con Salvamento Arqueológico del Tren Maya por parte del INAH.
Se trata de una modificación que se aplicará en la zona de acceso a la estación Nicolás Bravo/Kohunlich, a seis kilómetros de las ruinas de Kohunlich, al sur del estado.
Especialistas intervinieron para proteger y restaurar los monumentos. Se trata de restaurar cinco de las siete edificaciones. Las otras dos fueron selladas para que sean una reserva futura de investigación.
De acuerdo con la información, las estructuras están en la periferia e la zona arqueológica de Kohunlich, que está rodeada de piedras labradas y edificaciones del estilo Petén, cuya temporalidad va del 300 al 600 d.C., hasta los años 900 al 1000 d.C.
Números
El INAH destacó que, además de las siete estructuras se hallaron diverso material arqueológico de lítica, cerámica, concha y restos óseos humanos; destaca un pectoral de caracol en forma de media luna con cuatro personajes, dos centrales y un par de secundarios.
“Es un tipo de pectoral del que no hay más de seis en toda el área maya de México y Centroamérica”, según el arqueólogo Ramón Carrillo Sánchez, coordinador del Tramo 7.
Los edificios corresponden a diversos estilos arquitectónicos; los más tempranos se pueden asociar a un estilo de la región de El Petén (uno de los 22 departamentos de Guatemala), y fueron denominados con números: 35027, 50168, 50139, 50150, 50151, 50152 y 39020
Los materiales arqueológicos hallados están en proceso de análisis. El estudio del transecto ─el derecho de vía del tren─, ha permitido ampliar la información de un área que la arqueología pensó que se destinaba a actividades agrícolas durante la época prehispánica.
Con base en esas edificaciones y la oportunidad de investigación, se confirma que la zona estuvo habitada por una élite maya, lo que abre una nueva puerta de conocimiento de la cultura prehispánica en el sur de Quintana Roo, asegura el arqueólogo Ramón Carrillo.