El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) descubrió recientemente tres fachadas con relieves mayas alusivas a la dinastía Kaanu’l dentro de la zona arqueológica de Dzibanché, Quintana roo.
El hallazgo de los vestigios milenarios, que tienen representaciones de ancestros, animales míticos y otros rasgos de poder, deriva de la aplicación del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza), en el contexto del proyecto del Tren Maya.

De acuerdo con los investigadores son dos plataformas cuyas fachadas están ricamente decoradas con relieves modelados de estuco, las cuales corresponden a dos subestructuras ubicadas al poniente del Juego de Pelota II del asentamiento prehispánico, según explicó Sandra Balanzario Granados, titular de Promeza Dzibanché.
Este nuevo hallazgo ofrece nuevas pistas sobre la poderosa dinastía Kaanu’l, que está bajo el símbolo de la serpiente (Kaan, en maya) y que conquistó y gobernó numerosos señoríos en territorios que hoy ocupan México, Belice y Guatemala.

La primera de las escenas muestra a dos guardianes que limitan un pedestal en el que, en tiempos prehispánicos, debió estar colocada una escultura; la particularidad del podio es que incorpora glifos alusivos a un gobernante de la dinastía Kaanu’l.
En la segunda, aparecen imágenes de individuos que, de acuerdo con el epigrafista y colaborador independiente del Promeza en Dzibanché, Alexander Tokovinine, aluden a ancestros que asemejan habitar en el cielo nocturno, con estrellas, serpientes y otros motivos propios de las iconografías maya y teotihuacana. En este relieve, se destaca la ausencia de una escultura central, por lo que no se descarta que las dos efigies faltantes fueran removidas siglos atrás, por los propios habitantes de la ciudad.
La tercera escena exhibe un conjunto de animales mitológicos asociados a constelaciones.

En las tres escenas están presentes las representaciones de las serpientes entrelazadas, imágenes con las que los gobernantes de Dzibanché buscaban reafirmar su linaje. Balanzario Granados, recordó que en las sociedades mayas prehispánicas, los jerarcas eran vistos como los representantes de los dioses en la Tierra.
Al momento, el personal del INAH no ha informado si los relieves encontrados quedarán expuestos, pero de momento, se han realizado tomas fotográficas que podrían utilizarse para crear modelos fotogramétricos, que podrían servir para crear réplicas de exhibición, en caso de que se quisieran cubrir los vestigios originales para su conservación.
Los especialistas señalaron que la temporalidad de las plataformas descubiertas, y por ende de los relieves estucados datan aproximadamente del periodo Clásico Temprano entre el 500-600 después de Cristo, por lo que coinciden con el auge de la urbe maya.

Actualmente, el equipo de trabajo en Dzibanché, el cual está formado por 98 personas, seis especialistas en arqueología, restauración, arquitectura, antropología física y administración, y 92 auxiliares; brinda especial atención a los relieves, cuyas dimensiones, en promedio, son de tres metros de largo por 1.6 metros de altura.
Este descubrimiento es producto de una ardua labor iniciada en diciembre de 2023 y que continuará hasta finales de diciembre de 2024, toda vez que los estucos (formados por morteros de cal con sascab o polvo de piedra) preservan restos de colores rojo, azul, amarillo y negro, de allí que su exposición al intemperismo (proceso que altera la posición o el estado de una roca) y la humedad debe acompañarse de un paulatino y minucioso proceso de restauración.