Crumbs, el gato que alcanzó la fama mundial por su peso extremo de casi 18 kilos y su carisma especial, murió en Perm, Rusia, luego de meses en un centro veterinario donde intentaban reducir su peso para mejorar su salud.
Este gato, llamado originalmente Kroshik en ruso, que significa “migaja”, dejó una profunda impresión en quienes lo conocieron y siguieron su historia en redes sociales.
Su muerte ha sido lamentada ampliamente por los miles de seguidores que apoyaron su trayectoria en la clínica de rehabilitación y que veían en él un símbolo de perseverancia.
Su historia comenzó en los sótanos de un hospital, donde fue abandonado por sus dueños. Durante meses, empleados del hospital, compadecidos por su situación, lo alimentaban con sobras de sopa y galletas para evitar que muriera de hambre en su refugio improvisado.
Sin embargo, lejos de beneficiarlo, esta dieta no solo incrementó su peso, sino que lo llevó a un estado crítico: al llegar al centro veterinario, Crumbs era incapaz de caminar debido a la acumulación excesiva de grasa en su abdomen y patas.
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Con un peso que triplicaba el promedio saludable para un gato adulto, el felino fue trasladado a una clínica especializada en reducir la obesidad en animales, donde fue sometido a un plan de ejercicio y alimentación controlada.
La vida en el centro veterinario de Perm no fue fácil para el enorme gato, que enfrentó las duras exigencias de un régimen de dieta baja en calorías y un programa de actividad física adaptado a su condición.
Para facilitar su movimiento y evitar daños en sus articulaciones, Crumbs fue introducido en un tanque de agua donde realizaba hidroterapia y caminatas asistidas. Su progreso fue seguido de cerca por los veterinarios, quienes documentaron cada paso en redes sociales.
“Por fin puede moverse, aunque todavía se niega a hacerlo con entusiasmo”, comentaba en tono humorístico Ekaterina Bedakova, especialista en rehabilitación que trabajaba con el gato y veía en sus ocasionales intentos de fuga una señal de mejora.
Uno de los episodios más recordados de Crumbs en la clínica fue su tentativa de escape, que terminó de forma cómica y trágica. En un momento de aparente rebeldía, el gato intentó atravesar los barrotes de un zapatero, quedando atrapado con la panza apretada contra el suelo y el rostro presionado contra una sandalia quirúrgica.
Las imágenes de esta escena, compartidas en redes sociales, generaron miles de comentarios de usuarios que seguían de cerca sus aventuras en el centro. Este intento de fuga fue visto como una señal de su paulatina recuperación, un pequeño indicio de que Crumbs estaba dispuesto a moverse de nuevo.