La segunda barrera de coral más grande del mundo, después de la de Australia, la mesoamericana, se extiende a lo largo de la costa caribeña de la isla Contoy, en la punta de la península de Yucatán, en México, sigue la costa de Belice, con sus cayos, y los atolones de Guatemala, y termina en las islas de la bahía en Honduras.
De acuerdo con la organización Arrecifes Saludables para Gente Saludable (HRHP, por sus siglas en inglés), el estado de salud del Sistema Arrecifal Mesoamericano (SAM) está “gravemente” afectado por brotes de enfermedades y fenómenos de blanqueamiento, lo que ha reducido la cobertura de coral de 19 al 17 por ciento.
Es “alarmante la mortalidad incluso tras concluidos los monitoreos. El blanqueamiento de 2023 fue el más grave, ya que casi 40 por ciento de corales se vieron muy afectados y se observó una mortalidad significativa en sitios emblemáticos de los arrecifes”, alertó el Reporte de Salud del Arrecife Mesoamericano 2024 publicado por HRHP.
El informe enfatiza que la salud del arrecife mesoamericano “sigue siendo preocupante, ya que la mayoría de los 286 sitios monitoreados están en malas condiciones (39 por ciento) o críticas (23)”.
Sin embargo, los sitios en condiciones regulares y buenas han mejorado, aumentando de 20 a 28 por ciento, y del cinco al nueve, respectivamente. Además, en las 18 subregiones hubo “más mejoras que deterioros, ninguna en buenas condiciones y dos críticas”.
La coordinadora de Arrecifes Saludables en Honduras, Claudia Guerrero, dijo que en Mesoamérica hay “un declive” en los indicadores del sistema de arrecifes, pero todavía “hay mucho que construir e investigar”.
Piden declaratoria
Destacó que la biomasa de peces comerciales ha “tenido un declive en toda la región, especialmente donde hay más incidencia turística, pues el fenómeno de blanqueamiento del año pasado y a inicios de este, se ve reflejado en la disminución de esa cobertura”.
Señaló que el cambio en la temperatura del agua es el principal factor que afecta al arrecife, sometiendo a los corales a un “estrés térmico prolongado” que provoca blanqueamiento y mortalidad. La pesca ilegal transfronteriza no autorizada también afecta.
“Es urgente” tomar medidas para aprobar políticas públicas que beneficien a los arrecifes.
Los altos niveles de nutrientes, especialmente en la región sur, y las concentraciones “inaceptables” de patógenos de las aguas residuales de origen humano siguen “poniendo en peligro” la salud de los arrecifes, indica el informe.
La iniciativa recomienda declarar el arrecife mesoamericano “Área Marina Particularmente Sensible para asegurar su protección”, pues las áreas protegidas han mostrado “pocos cambios en particular en lo que respecta al porcentaje de las que gozan de protección total”.
“Sin embargo, una aplicación más estricta de las normas parece haber dado lugar a una mayor biomasa de peces en las zonas total y altamente protegidas”.
Para proteger aún más los ecosistemas marinos es fundamental “establecer límites basados en la ciencia sobre el tamaño, la captura y los esfuerzos de pesca, y al mismo tiempo lograr el objetivo de designar 20 por ciento del mar como zonas totalmente protegidas”.
Además: Arrecifes de coral en Puerto Morelos en riesgo, advierte Jean-Michel Cousteau a AMLO
La participación activa de los pescadores en la gestión pesquera junto con el apoyo económico y la formación de transición, es esencial para alcanzar los objetivos.