Durante la madrugada de ayer lunes 21 de abril, una noticia conmovió al mundo, pues se anunciaba el fallecimiento del Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco, máximo jefe de la iglesia católica que llevó al Vaticano a replantearse temas modernos como el cambio climático, la migración, la desigualdad y la inclusión.
Pero además de ello, también era reconocido por ser un fiel seguidor del fútbol, deporte que supo apreciar más allá del entretenimiento, restacando valores y reflexiones que tiempo después llevaría al catolicismo como máximo jerarca de la iglesia.
Y es que antes de ser elegido como el líder de la Iglesia Católica, Jorge Mario Bergoglio ya tenía una gran pasión por el futbol. Nacido en Buenos Aires en 1936, creció en el barrio de Flores, donde el futbol formaba parte del alma barrial. Desde joven se declaró hincha del Club Atlético San Lorenzo de Almagro, uno de los cinco grandes del futbol argentino, fundado por un grupo de jóvenes católicos guiados por el padre Lorenzo Massa.
Para el Papa Francisco, el futbol no solo era una afición, sino un recuerdo entrañable de su infancia. Solía escuchar los partidos por radio junto a su padre, y ese amor por San Lorenzo perduró incluso cuando ingresó al seminario. En 2013, el mismo año en que fue elegido Papa, el equipo salió campeón y directivos del club viajaron al Vaticano para regalarle una camiseta firmada y un carnet de socio vitalicio. La imagen del pontífice con la camiseta azulgrana recorrió el mundo.
Uno de los momentos más emotivos fue cuando Iván Ramiro Córdoba, exfutbolista colombiano y exjugador de San Lorenzo, le entregó una camiseta autografiada del club. Córdoba, autor del gol que le dio a Colombia su única Copa América, participó en ese gesto simbólico de unión entre fe y deporte.
Francisco nunca ocultó su pasión por el futbol y lo utilizó como un medio para promover valores como el respeto, la solidaridad y el trabajo en equipo. En una audiencia con futbolistas en 2014, afirmó que el futbol podía ser una “escuela de virtud” si se practicaba con honestidad, belleza y compañerismo. También advirtió sobre los riesgos del individualismo y la idolatría del éxito.
Incluso en su autobiografía Esperanza, relató que jugaba como portero, una posición que, según él, le enseñó a enfrentar la vida: “puede que no sepas de dónde viene la pelota, pero tienes que intentar detenerla. Como en la vida”.
Durante su pontificado, el Vaticano abrió sus puertas a clubes como Bayern Múnich, Juventus, la Selección Argentina, e incluso promovió eventos como el “Partido por la Paz”, donde participaron futbolistas de diferentes credos y nacionalidades con el fin de fomentar la unidad.
¿Messi o Maradona?
El Papa Francisco, al ser argentino siempre estaba pendiente de su selección, llegando a expresar publicamente su admiración por Lionel Messi, a quien elogió en una audiencia en el Vaticano en 2013. En aquel encuentro, el sumo pontífice le recordó al astro argentino la importancia de jugar con humildad y alegría. Incluso, en 2019, defendió las expresiones populares que lo llaman “Dios”, aunque aclaró que, desde su fe, la adoración debe reservarse únicamente para Dios.
Sin embargo, pese a su cariño por Messi y su cercanía con Diego Maradona, el Papa sorprendió al declarar que, para él, el mejor futbolista de todos los tiempos es Pelé. Durante una entrevista con la RAI, afirmó que el brasileño fue un “gran señor”, un hombre de gran corazón y humanidad, a quien conoció personalmente en un vuelo.
Sobre Maradona, el Papa fue más crítico, reconociendo su grandeza futbolística pero lamentando sus errores personales y el entorno que lo rodeaba. En contraste, describió a Messi como un jugador “correctísimo”, pero insistió en que Pelé es, en su opinión, el más admirable de los tres.
El Papa Francisco y su relación con la Liga MX
Pero su pasión no se quedó en Argentina. El Papa también tuvo acercamientos con equipos de la Liga MX. En 2017, el estadio Alfonso Lastras, casa del Atlético de San Luis, fue elegido como sede del evento Compromisos por la Paz de la fundación pontificia Scholas Occurrentes. Ese mismo año, el pontífice recibió una camiseta del club tunero de manos del entonces CEO, Juan Alberto Marrero.
Con el tiempo, otros clubes mexicanos también se sumaron al gesto de obsequiarle camisetas personalizadas. En 2021, Rayados de Monterrey le hizo llegar una camiseta firmada por jugadores como Jesús Gallardo y Jonathan González. Ese mismo año, el gobernador de Nuevo León, Samuel García, le regaló dos camisetas de los Tigres, una de ellas firmada por Nahuel Guzmán y Guido Pizarro.
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Más recientemente, el Papa Francisco fue sorprendido con un regalo especial por parte de la periodista Fer De Luna: una camiseta de las Chivas de Guadalajara junto con dulces mexicanos. “El niño Dios llegó a mi casa para usted con muchos regalos… le estoy dando la playera del mejor equipo de México”, le dijo al pontífice, quien recibió el obsequio con una sonrisa.
Desde San Lorenzo hasta el futbol mexicano, el Papa Francisco demostró que la pasión por el balompié no está peleada con la fe. Para él, el futbol fue más que un deporte: una vía para conectar con el pueblo, tender puentes y sembrar valores en todas partes del mundo.
Con información de Récord, Señal Colombia y Milenio.