Durante este año, la Secretaría de Seguridad Pública Estatal (SSP) de Michoacán informó sobre la detención de 28 mercenarios extranjeros, presuntamente vinculados al crimen organizado, principalmente en la región de Tierra Caliente.
Estos individuos, acusados de cometer delitos de alto impacto, representan una amenaza especializada para la seguridad estatal, y sus capturas evidencian un operativo intensificado contra esta peligrosa tendencia.
PERFIL DE LOS DETENIDOS: EXMILITARES CON FORMACIÓN LETAL
Según autoridades consultadas por medios de comunicación, muchos de los capturados son exmilitares de Colombia y Venezuela, quienes habrían sido atraídos por altos salarios ofrecidos por cárteles mexicanos.
Se presume que cuentan con entrenamiento avanzado, incluso especializado, ya que algunos exhiben habilidades en la fabricación y uso de explosivos caseros —una capacidad que endurece la batalla contra las fuerzas de seguridad—.
RECLUTAMIENTO Y LIDERAZGO ARMADO
Autoridades estatales reportan que los cárteles mexicanos utilizan estrategias tanto engañosas como contractuales para sumar a exmilitares de Colombia y Venezuela. En algunos casos, llegan bajo falsas promesas laborales y en otros aceptan de forma voluntaria, atraídos por ganancias económicas.
El gobierno de Michoacán ha detectado este fenómeno en zonas como Tierra Caliente y Los Reyes, donde algunos extranjeros son utilizados como adiestradores de sicarios en el uso de explosivos, instalación de minas y tácticas de guerra urbana.
FENÓMENO REGIONAL Y COOPERACIÓN INTERNACIONAL
Este allanamiento de estructuras criminales se inscribe en una tendencia regional. Por ejemplo, en años anteriores, en Michoacán ya se habían detenido 46 presuntos criminales extranjeros provenientes, entre otros países, de Venezuela, Colombia, Estados Unidos, Honduras, Panamá y Perú. Estas detenciones responden a operativos conjuntos con autoridades federales y militares.
En el contexto binacional, el cónsul de Colombia alertó que alrededor de 500 de sus connacionales, incluyendo exmilitares, han sido reclutados por cárteles mexicanos, especialmente en Michoacán.
El fenómeno no sólo refleja un incremento de la profesionalización criminal, sino también un problema humanitario, ya que algunos podrían ser víctimas de trata o de engaños, mas que mercenarios voluntarios, según explicaron las autoridades.
CASOS DE ALTA VIOLENCIA Y EXPLOSIVOS EN EL ESTADO
Este modus operandi ha provocado episodios devastadores. Por ejemplo, un ataque con mina artesanal causó la muerte de ocho elementos del Ejército en límites entre Michoacán y Jalisco.
Tras ese incidente, el Gabinete de Seguridad arrestó a 10 exmilitares de Colombia vinculados al Cártel de Los Reyes, implicados en la fabricación de explosivos.
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Además, se han documentado campamentos clandestinos en donde se entrenan extranjeros con armas de uso exclusivo del Ejército y explosivos en perímetro de Uruapan —según denuncias del alcalde del municipio— lo que subraya el nivel militarizado y organizado del fenómeno.