Un estudio realizado entre 2009 y 2018 reveló que los adolescentes que consumen alcohol con la autorización de sus padres tienen más probabilidades de beber en mayores cantidades cuando alcanzan la adultez temprana.
La investigación incluyó a 387 adolescentes de 11 años en adelante y a uno de sus padres. Cada año, los participantes respondieron cuestionarios sobre consumo de alcohol, reglas familiares, y creencias respecto a esta bebida. También se les preguntó si habían bebido con permiso de los padres, aunque fueran solo unos sorbos, y a qué edad lo hicieron por primera vez.
Los investigadores analizaron si esta práctica se relacionaba con patrones de consumo de alcohol entre los 18 y 20 años. Los resultados evaluaron tanto la frecuencia como la cantidad de consumo, además de síntomas de trastorno por uso de alcohol y consecuencias negativas, como autolesiones o arrepentimiento por comportamientos realizados bajo los efectos del alcohol.
Uno de los hallazgos principales fue que la edad en que los adolescentes probaron alcohol por primera vez con el consentimiento de sus padres (que en la mayoría de los casos fue alrededor de los 12 años) no modificó el riesgo de un consumo problemático más adelante.
En la muestra, cerca del 80 por ciento de los participantes afirmaron haber bebido con permiso de sus padres, cifra más alta que en otros estudios, lo que los autores atribuyeron al amplio rango de edades analizado.
Los resultados fueron contundentes, pues los adolescentes que tenían esta experiencia en casa fueron más propensos a consumir alcohol con mayor frecuencia en su vida adulta y a presentar efectos adversos relacionados con su consumo.
Esto pone en entredicho la idea de que permitir beber en casa “enseña a beber responsablemente” o reduce la curiosidad. Por el contrario, el estudio sugiere que puede fomentar actitudes más favorables hacia el alcohol y aumentar el riesgo de uso problemático.
Los investigadores explicaron que los padres son el primer entorno de socialización en temas de alcohol y su comportamiento puede influir en la percepción de los hijos, quienes podrían interpretar la autorización como una aprobación general del consumo.
También te puede interesar: Video: Hombre compra 19 cartones de cervezas y resultan ser agua con jabón en la CDMX
El trabajo, liderado por Bernard Pereda, estudiante de doctorado en psicología en la Universidad de Buffalo, resalta la importancia de que los mensajes de salud pública adviertan sobre los riesgos de esta práctica.
A futuro, los investigadores esperan profundizar en el impacto de la personalidad de los adolescentes y el contexto en el que se permite el consumo, ya que podría representar riesgos diferentes en entornos familiares estrictos en comparación con situaciones sociales menos controladas.
Con información de Forbes México.