La industria automotriz mexicana enfrenta un nuevo golpe, y es que recientemente las compañías Nissan y Mercedes-Benz anunciaron el cierre definitivo de su planta en Aguascalientes, decisión que marcará el fin de una de las colaboraciones más importantes en la historia reciente del sector.
El complejo COMPAS (Cooperation Manufacturing Plant Aguascalientes), inaugurado en 2015 como resultado de la alianza entre Renault-Nissan y Daimler, cesará operaciones el 31 de mayo de 2026. En esta planta se producían modelos de lujo como los Infiniti QX50, QX55 y Mercedes-Benz GLB, destinados principalmente al mercado estadounidense.
De acuerdo con un comunicado interno dirigido a proveedores, la fabricación de vehículos Infiniti concluirá en noviembre de 2025, mientras que la producción de los modelos Mercedes-Benz finalizará en mayo del año siguiente. Con ello, se pondrá punto final a una cooperación que durante casi una década impulsó la exportación de automóviles premium hechos en México.
La decisión está ligada al término formal de la alianza entre Nissan y Mercedes-Benz, anunciado en 2024, así como a los cambios globales en las tendencias de consumo y a las nuevas medidas arancelarias impuestas por Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump. Estas políticas buscan fortalecer la manufactura dentro del país norteamericano, lo que ha afectado directamente la competitividad de las plantas establecidas en México.
Cabe recordar que, Makoto Uchida, CEO global de Nissan, ya había advertido años atrás sobre este posible escenario. En una conferencia, señaló que la compañía analizaba mover parte de su producción hacia Estados Unidos ante la presión de las políticas comerciales impulsadas desde Washington.
Datos de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) indican que Nissan exportaba más de 320 mil unidades anuales desde México, incluyendo modelos como Sentra, Versa y Kicks, además de los Infiniti ensamblados en Aguascalientes.
La noticia ha generado preocupación entre los trabajadores de la planta, quienes temen por su estabilidad laboral. Aunque la empresa aseguró contar con “solidez financiera y capacidad de pago”, reconoció que el cierre implicará una reorganización que afectará al personal.
Ya en 2024, COMPAS había implementado recortes de turnos y despidos, que según el sindicato habrían alcanzado a más de mil 200 empleados. La nueva medida podría significar la pérdida de cientos de puestos adicionales, pese a los intentos de reubicación dentro del grupo automotriz o en otras empresas del sector.
En su mensaje oficial, la compañía agradeció a los trabajadores y proveedores por su compromiso durante estos años, destacando que su participación fue esencial para el desarrollo y consolidación del complejo. Sin embargo, la incertidumbre persiste entre los empleados, quienes esperan claridad sobre las condiciones laborales y posibles compensaciones antes del cierre definitivo.
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El fin de las operaciones de COMPAS no solo representa el cierre de una planta, sino también el término de una etapa de cooperación industrial entre dos gigantes del automóvil que apostaron por México como plataforma de exportación hacia Norteamérica.
Con información de Récord México.
