Slim Shady, el famoso alter ego de Eminem, es el centro del nuevo conflicto legal del rapero con una empresa australiana, a la que acusa de generar una asociación indebida con su identidad artística.
La disputa ya se encuentra en curso ante las autoridades de marcas en Estados Unidos, tras la notificación oficial recibida por la compañía Swim Shady.
Según los documentos presentados ante la Oficina de Patentes y Marcas, Marshall B. Mathers III, nombre real de Eminem, solicitó la cancelación del registro que Swim Shady obtuvo en territorio estadounidense. La legislación vigente obliga a la compañía a responder en un plazo de siete días.
En un breve comunicado, un portavoz de Swim Shady explicó que la empresa nació con la intención de ofrecer sombrillas y artículos elegantes para protegerse del intenso sol australiano.
La compañía afirmó que defenderá su propiedad intelectual, aunque evitó dar más detalles debido a que el proceso ya se encuentra en manos de los tribunales.
Este caso se suma a una serie de impugnaciones recientes iniciadas por Eminem contra marcas que incluyen el término Shady, aunque en esta ocasión ambas partes operan en industrias completamente distintas.
Swim Shady, fundada en Sídney, Australia comenzó originalmente bajo el nombre Slim Shade y lanzó oficialmente su línea de productos en diciembre de 2024, incluyendo sombrillas portátiles y bolsas de protección solar.
La empresa registró la marca en Australia en marzo de 2024, pero el equipo legal de Eminem presentó su oposición en octubre, semanas antes del lanzamiento oficial.
A inicios de 2025, la marca solicitó protección en Estados Unidos y obtuvo aprobación, hasta que el equipo de Eminem inició un segundo proceso legal para frenar su uso en ese país.
El artista, una de las figuras más influyentes del rap desde hace un par de décadas, ha utilizado Slim Shady como identidad artística desde el inicio de su carrera, un personaje con el que incluso ironiza sobre sus imitadores en varias de sus canciones.
Este conflicto recuerda al litigio que enfrentó recientemente la cantante Katy Perry con la diseñadora australiana Katie Perry, quien la acusó de infringir su marca al vender productos durante su gira por Australia en 2014.
Ese caso, que también involucró nombres casi idénticos, subrayó la creciente importancia y vigilancia sobre las marcas personales en la industria del entretenimiento.
Para Eminem, Slim Shady no es solo un nombre artístico, sino una parte integral de su legado musical, lo que explica la insistencia en protegerlo legalmente.
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El pleito con Swim Shady pone nuevamente sobre la mesa la protección de propiedad intelectual en el mundo del entretenimiento, mostrando cómo incluso marcas de productos aparentemente distantes pueden generar conflictos legales por el uso de nombres icónicos y reconocibles.
Mientras el caso sigue su curso, la atención mediática se mantiene alta, reflejando cómo la defensa de los derechos sobre marcas personales se ha vuelto un asunto prioritario para artistas internacionales que buscan preservar su identidad y legado ante el uso no autorizado de nombres que forman parte de su imagen pública.
Fuente: Milenio
