Una mujer fue detenida por elementos de seguridad del Sistema Penitenciario de la Ciudad de México al intentar ingresar droga al Reclusorio Preventivo Varonil Norte, en la alcaldía Gustavo A. Madero.
El hecho ocurrió durante un operativo de revisión rutinaria, donde las custodias detectaron a una visitante que mostró una actitud sospechosa mientras ingresaba al centro penitenciario.
Ante su comportamiento evasivo, las oficiales decidieron aplicar una inspección preventiva conforme al protocolo de seguridad establecido para el ingreso de personas al penal.
Durante la revisión, encontraron dos paquetes que contenían marihuana, los cuales estaban escondidos en el interior de sus calcetines.
Al verse descubierta, la mujer de 28 años también entregó voluntariamente un tercer envoltorio con la misma sustancia, el cual mantenía oculto entre su ropa, a la altura del abdomen.
En total, fueron asegurados tres paquetes con un peso conjunto cercano a los 210 gramos de hierba seca con características propias de la marihuana.
Tras el hallazgo, la mujer fue detenida en el lugar por las autoridades penitenciarias, quienes la pusieron a disposición del Ministerio Público.
Tanto la presunta implicada como los envoltorios decomisados fueron presentados ante la Fiscalía para continuar con las investigaciones correspondientes.
El agente del Ministerio Público determinará en las próximas horas la situación jurídica de la detenida y si enfrentará cargos por delitos contra la salud.
Este tipo de acciones forman parte de los operativos permanentes para evitar el ingreso de objetos prohibidos y sustancias ilícitas a los centros penitenciarios de la capital.
¿De cuánto es la pena por ingresar droga a la cárcel?
De acuerdo con el Código Penal Federal, las penas por ingreso de drogas en México van desde los cinco hasta los 15 años de prisión y de 100 a 350 días de multa de salario mínimo. No obstante, al ser un intento de pase de estupefacientes, tal vez la pena pueda verse reducida, pero eso lo determinará el Ministerio Público correspondiente.
El ingreso de dróga a las cárceles mexicanas suele ser común, pues la mayoría de reclusos suelen acabar tras las rejas por su relación con la droga, independientemente de cuál sea.
De acuerdo con la Revista de la Asociación Latinoamericana para la Formación y Enseñanza de la Psicología, los centros penitenciarios son “caldo de cultivo” para el consumo de estupefacientes.
Algunas personas inician la ingesta de estas sustancias estando en estos lugares debido a condiciones sociales y ambientales como la disponibilidad de tiempo libre, fácil acceso a ellas, sobrepoblación y tolerancia al consumo.
Regularmente las drogas más comunes en la prisión son: marihuana, crack (cocaína en piedra), inhalantes, cocaína en polvo y benzodiacepinas.
El consumo de drogas dentro de los centros penitenciarios no solo provoca daño a los reclusos, sino afecta a todo el sistema penitenciario, fomentando la violencia y la corrupción. Por lo que esta detención es un golpe más al crimen dentro del Reclusorio Norte de la Ciudad de México.
Con información de El Universal Online.