La violencia política desatada contra las mujeres tuvo su pico más alto durante el quinquenio de Roberto Borge en Quintana Roo y en este proceso electoral vuelve a ser práctica de funcionarios y políticos que estuvieron vinculados a su gobierno, mediante la misma intimidación, denigración, desprecio y violación a los derechos de sus oponentes mujeres y en medio de la escalada de violencias de género en el país.
Recientemente el Tribunal Electoral de Quintana Roo resolvió a favor de la actual diputada local Atenea Gómez Ricalde, víctima durante el proceso electoral de 2019 de tres funcionarios del PRI en el gobierno de Isla Mujeres, responsables de distribuir volantes en los que se ofrecía sexoservicio con el número de celular de la candidata panista.
A falta de argumentos políticos, el mismo grupo del borgismo ha difundido fotomontajes, incluso en panorámicos para desacreditar, más que la función pública, la vida privada, de mujeres con trayectoria dentro del PAN y, por lo tanto, con posibilidades de ser candidatas. Sus ataques son sexistas e intimidatorios, violando derechos a la privacidad, entrometiéndose y atacando a familiares y núcleos cercanos.
Aun en funciones como gobernador de Quintana Roo, en vísperas de las elecciones de junio de 2015 la amplia red de trolles y bots que mantuvo activa el exmandatario para golpear a sus oponentes, difundió mensajes falsos de la actual diputada local Iris Mora, a quien le habían clonado sus cuentas de Twitter y Facebook.
La clonación de cuentas, incluso de medios escritos, fue una práctica usual durante el borgismo para atacar a sus oponentes. De esa guerra sucia y violencia política contra la mujer fueron víctimas también las entonces diputadas federales Alicia Ricalde Magaña, del PAN, y Graciela Saldaña Fraire, del PRD.
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Un caso que en su momento trascendió fronteras, por el escandaloso y vulgar ataque a una mujer, fue el de Norma Madero, fundadora de Luces del Siglo y quien cotidianamente era denigrada con montajes, intimidada por amenazas contra su familia y violentada con la clonación constante de su medio de comunicación que se mantuvo durante todo el quinquenio como el más crítico del gobierno de Borge.